Por Sebastián Dumont – Periodista
Se escucha con demasiada frecuencia la necesidad de establecer un plan que de certezas para cómo continuar luego de la pandemia del coronavirus, sobre todo en la economía. Sin embargo, aquello es necesario pero cabe preguntarse si hay un plan en todo sentido para el hoy. El debate se ha instalado en la propia dirigencia política, sobre todo en el conurbano bonaerense, foco del mayor número de contagios en las jornadas recientes. Pero además, donde conviven los distintos estratos sociales. La mirada hegemónica sobre el Covid 19 está incubando una pandemia mas severa en la salud, la economía y la inseguridad que ya da muestras de su profunda conflictividad. Todo ello impacta en cruces entre intendentes, ministros nacionales y provinciales. Además del efecto Sergio Berni, a quien, puertas adentro, algunos lo llaman gobernador y, sobre todo, le confieren ser de los poquísimos que tiene el “termómetro” de lo que está pasando en la calles. Igual que los jefes comunales. Aunque choca con ellos.
La super exposición del Ministro de Seguridad Bonaerense está generando una situación inédita en la provincia de Buenos Aires. Su alto perfil choca con el del propio Gobernador, pero sobre todo con el resto del gabinete de Axel Kicillof. La situación provoca recelo interno. Y aunque aseguran que cada paso está coordinado con Cristina Kirchner, en los municipios buscan encontrar la lectura política electoral a las maniobras del funcionario. “Dice la verdad, lo que está pasando en la calle”, sostiene a este medio un funcionario municipal que ocupó la secretaría de seguridad de su distrito en otros tiempos. Lo expresa desde una comuna del tercer y complejo cordón del conurbano.
No es lo mismo que piensan otros intendentes. No tanto en relación a la descripción de los fallos de la cuarentena en el Gran Buenos Aires, que sólo con recorrerlo se observa a simple vista, sino a la manera de mostrarse en diversas ocasiones. La imagen portando un arma en un operativo en Zárate se contrapone con su “ausencia” en violentos episodios sucedidos en Merlo días atrás cuando una poblada prendió fuego a un delincuente ante la falta de respuestas de la justicia. Todo es descodificado en clave política. Si hace lo que hace en Zarate es porque busca instalar a su esposa, Agustina Propato como futura candidata a Intendente de allí. Si no se muestra en Merlo de la misma forma es porque no tiene, desde hace tiempo, buen vínculo con el Intendente Gustavo Menéndez. Esa fractura quedó en evidencia la semana pasada cuando el Ministro salió a contestarle duro a Juan “Juanchi” Zabaleta quien manifestó su desacuerdo a las críticas por la supuesta falta de compromiso y colaboración del ministerio de seguridad nacional a la provincia.
Ese mismo día, en una video conferencia entre cinco intendentes del conurbano con periodistas, quien esto escribe realizó la consulta sobre si los alcaldes veían de la misma forma lo que Berni critica. El primero en responder fue Zabaleta que se mostró en desacuerdo y además anunció un encuentro de los alcaldes con la Sabrina Frederic. Lo siguió Gustavo Menéndez en la misma linea. Junto a ellos estaban sus pares de Malvinas Argentinas, Navarro e Ituzaingó. Ninguno proviene ni de la Cámpora. Allí hubo apoyo explícito a Axel Kicillof y Alberto Fernández. Señales.
Entre los intendentes circula una especulación. Creen que Sergio Berni hace todo esto, que además es su impronta, para dejar el Ministerio que nunca lo sedujo demasiado, con críticas al gobierno nacional, irse para capitalizar la creciente imagen positiva que ha ido logrando en este tiempo. Y armar un espacio político que capte votos de centro derecha. Sobre todo de una clase media que verá tan golpeada su economía y saldrá a buscar protectores ante un fenómeno como la inseguridad destinada a seguir creciendo.
“Sergio Berni es el nuevo Aldo Rico” se anima a expresar un fino observador de la política bonaerense. Es cierto que hay similitudes y diferencias. Ambos compartieron pasado en el movimiento carapintada. Uno es ministro de seguridad y el otro lo fue. Aunque a Berni aún le falta armar su propio espacio político como hizo Rico con el Modín. Quizá sea su objetivo. Las pintadas que aparecieron en distintos puntos de la provincia podrían ser un indicio. Las mismas dicen, en letra roja, Cristina – Berni o Axel Kicillof – Berni y llevan la firma de “Los Gurkas”, se tratan de profesionales de la materia que nacieron a la actividad en Moreno y suelen moverse en el oeste del conurbano. Alguien les pagó para que hagan su trabajo.
“Quien resuelva la inseguridad en Buenos Aires es el próximo gobernador”, solía decir Aldo Rico. El ex intendente de San Miguel recuerda que “el arte del oficial profesional es el mando” cuando le preguntan por el actual responsable de seguridad. Pero además, ante sus íntimos, resalta que no es necesario para mostrar autoridad exhibir las armas y que peligroso moverse sólo.
La mayor preocupación que tienen los intendentes por estas horas no es Berni. Se trata de encontrar funcionarios nacionales y provinciales que tengan el termómetro de la temperatura de la calles. Reconocen que no abundan. De allí que, como se dijo en estos días, ante la nueva etapa de la cuarentena, los jefes territoriales están dispuestos a no pagar el costo político de tener que cerrar actividades. Creen que lo tiene que hacer la Nación y la Provincia. En estos días, comenzaron a observarse agentes de Prefectura Naval Argentina haciendo controles en distritos como La Matanza. Se vio a muchos de ellos en localidades populosas como Gonzalez Catán. No es el único caso.
El Zoom se ha convertido en la Unidad Básica o Comité de estos tiempos. Por allí suelen pasar las charlas y las reuniones de la política. Una de ellas la encabezará Eduardo Duhalde con dirigentes de la provincia de Buenos Aires. Son varios los que quieren escuchar su mirada cuando avizoran escenarios económicos y sociales peores a los del 2001. Son los mismos que creen en la necesidad de crear una mesa de diálogo productivo en lo que trabajan, por ejemplo Luis Barrionuevo con el asesoramiento de Martín Redrado. La experiencia del pasado para los tiempos que vienen. Así se definen. Ellos, como tantos otros, buscan que la idea la tome Alberto Fernández. Aunque, con cierta decepción, aseguran que el “albertismo” pereció antes de nacer.