En el año 2004 se estrenó un película que se llamó “Luna de Avellaneda”, donde se contaba la historia un grupo de socios de un club social querían convertirlo en un casino a causa de la crisis económica en Argentina. Román (Ricardo Darín) uno de los socios más antiguos del club que pasa por un mal momento en su vida, no está contento con la noticia y decide tomar medidas. Román se junta con Graciela y Amadeo, dos compañeros con los que intentará salvar el club. A pesar de su falta de experiencia, los amigos lucharán por mantener la comunidad a salvo. En aquellos tiempos, la ficción dirigida por Juan José Campanella se emparentaba con la realidad que vivía el Club San Miguel. Tapado de deudas y malas administraciones, la institución ingresaba en un proceso de quiebra que, hoy a 16 años acaba de ser levantada. La trastienda política detrás de un largo camino que hoy llega a un punto culmine y abre una nueva etapa. De ella, sin dudas, obtiene réditos políticos el oficialismo municipal del distrito.
La referencia a la película que protagonizó Ricardo Darín para compararlo con el Club San Miguel no es antojadiza. Hubo ideas para pagar la deuda y evitar la quiebra que hubieran significado la transformación de la sede social tal cual se ha construido y se mantiene sobre la calle Angel D´elia en pleno centro de la ciudad. En esos años, un grupo de empresarios y políticos proponían un plan que se llamó “Fenix” para construir edificios en la actual manzana de la mismísima sede y, con ello, supuestamente pagar la deuda del club. No prosperó.
Y no prosperó porque un grupo de socios se movilizó y el tema lo visibilizó durante varios de los programas televisivos de El Embudo que se emitía por aquel entonces en canal Provincial de Tele Red. Lo que vino después es un largo recorrido de angustia con resultados dispares en lo deportivo que tiene, como actividad medular el Fútbol Profesional.
Con la llegada de Joaquín De La Torre al gobierno municipal de San Miguel se decidió intervenir en la vida activa del club, comenzando por el fútbol, para después tomar el control administrativo de la sede social. Una maniobra tomada desde el ejemplo exitoso que llevó adelante Sergio Massa en Tigre. La suerte deportiva tuvo ascensos, descensos y recuperación de la categoría. Mientras tanto, el municipio aportaba la logística para alcanzar el pago de las principales deuda. La principal era con la AFIP. Pero no la única.
Uno de los funcionarios más cercanos a De La Torre, Fernando Inzaurraga fue el puntal en la institución con la colaboración de dirigentes político y sociales. Entre ellos, Hugo Reverdito y, en la tarea diaria de la sede y el fútbol, Florencia Maudet. Fueron, justamente ellos, los encargados de dar la noticia este jueves del levantamiento de la quiebra tras la decisión de la justicia.
En un fallo de la jueza en lo Civil y Comercial 10 de San Martín, Elina Mercedes Fernández dispuso el cese de la intervención del síndico para cuando se encuentren cumplidos los pagos de todas las costas del juicio. Al mismo tiempo, designó una comisión ad honores que colaboró con el síndico formada por Fernando Insaurraga, Hugo Reverdito, Guillermo Lecot, Florencia Maudet, Gastón ALmada, Federico Almada y Federico Godio. Estos tres últimos nombre son quienes menos trayectoria tienen en el club. Se trata del grupo “Janos”, en referencia a la cadena de salones de fiesta que llevan ese nombre. Sus aportes económicos al fútbol y a la actividad en la sede social aún son motivo de incógnitas. La respuesta más reiterada es que se trata de un primer paso para mostrar gestión y luego incursionar en la política partidaria. ¿Dónde? José C. Paz podría ser el distrito, tema que no le ha causado mucha gracia al alcalde Mario Ishii cuando se enteró de la posibilidad. Habladurías.
Luego del plazo dispuesto por la jueza de 12 meses como plazo máximo para el trabajo de dicha comisión, deberá llamarse a elecciones para elegir las nuevas autoridades. Llegado ese momento, se disparará una interesante puja política.
Nadie podrá pensar que, luego de tantos años de influencia en el club, el oficialismo de San Miguel que conduce Joaquín De La Torre quedará ajeno a dicha puja. Los clubes forman parte de los pilares de la sociedad y siempre, para los jefes territoriales, tenerlos alienados es un activo.
A horas de cumplir 100 años desde su fundación, los socios e hinchas pueden respirar tranquilos que el club no desaparecerá como tampoco su escuela. Alguna vez estuvo en riesgo. La quiebra pasa a ser historia y De La Torre junto a su grupo político se anotan un nuevo triunfo político. Palmares que permiten consolidar el control territorial del distrito de punta a punta.
