Los ecos porteños resuenan en el conurbano. Por aquello de la confluencia en la denominada área metropolitana de Buenos Aires, el AMBA. La política electoral dio una primera muestra del rumbo que podría darse en esa geografía tan abultada en coincidencias como en diferencias a un lado y al otro de la General Paz o el Riachuelo. La estrategia de la Casa Rosada dio el resultado esperado el domingo y la máxima “Kirchnerismo o Libertad” primó sobre la poco más de la mitad de quienes estaban habilitados a votar y lo hicieron. Entre las tantas conclusiones y proyecciones, los efectos sobre cómo podría derramar el 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires están al día.
Si la intención de Jorge Macri era anticipar la elección para que se discuta la agenda local mientras fragmentaba el voto opositor, está claro que fracasó. Sí es verdad que la oferta electoral se atomizó, pero se impuso la polarización que propuso el gobierno de Javier Milei y, además, la discusión no se centró en CABA sino en el rumbo del modelo libertario o la oposición al mismo. Una clara incomodidad para el PRO que no pudo encontrar el lugar para ubicarse en esa dicotomía. Y así le fue. Ahora, la manera de reconfigurar su esquema de poder interno es tema de debate. El problema no es perder una elección, sino la cara de “boludo” que te queda decía el “Tati” Vernet, ex gobernador de Santa Fe en los albores de la democracia. Otra de sus recordadas frases que solía repetir a modo de anécdota cuando se juntaban a fumar puros en la esquina de Posadas y Ayacucho: “Es tan torpe estar en contra del gobernador los dos primeros años como seguir estando junto a él en los dos últimos”. Pues es lo que están pensando seriamente muchos dirigentes del PRO a esta hora. ¿Hasta dónde acompañar a los Macri?
Javier Milei lo dejó en claro en las horas posteriores. Lo que busca es que los dirigentes del PRO acompañen a la Libertad Avanza en términos individuales y no como partido. Un paralelismo a lo sucedido en 2005 cuando Néstor Kirchner le torció el conurbano a Duhalde y lo dejó sin su estructura histórica tras ganarle la elección de medio tiempo Cristina Kirchner a Hilda “Chiche” Duhalde. Como sucede siempre en política, a los caídos se les ofrece una rendición incondicional con la promesa de permanencia. En definitiva, una opción de futuro. Pasan los años pero los métodos no son tan distintos. Ya lo planteamos la semana pasada sobre la estrategia de fragmentar para polarizar.
Ahora bien, el resultado de la elección de la CABA genera dudas sobre la estrategia bonaerense. ¿Estuvo bien Axel Kicillof en desdoblar? ¿Podrá evitar que se nacionalice la contienda en septiembre antes que en octubre? Cuando Cristina Kirchner argumentó su desacuerdo para que se fragmente la votación lo hizo sobre la base que si lo que se discutía era la agenda local, el gobernador iba a estar en problemas porque tiene baches en su gestión que podrían ser capitalizados por la oposición. A saber, los recurrentes episodios de inseguridad o los históricos problemas en la salud provincial. Para la Presidente del PJ, la verdadera pelea que hay que dar es la de “ellos o nosotros”. Es decir, la misma que propone la Libertad Avanza: “Kirchnerismo o Libertad”.
Sin embargo, con el ejemplo de la ciudad, y el sólo hecho que Cristina Kirchner amenace con encabezar la lista de diputados provinciales por la tercera sección electoral, será muy complejo que no se nacionalice antes y que lo vivido en la ciudad de Buenos Aires pueda repetirse en la provincia. En otras palabras, la presencia de CFK en las listas bonaerenses adelanta la pelea de octubre y pondría en serio riesgo el gobierno de Axel Kicillof. De esto han tomado nota los intendentes, quienes suelen tener buenos números de aprobación en sus distritos y que a ellos sí les conviene una puja netamente local. ¿Se lo habrán hecho saber a Cristina? ¿O a Sergio Massa? El ex Ministro de Economía no lo dice pero hacen correr las versiones que podría ser candidato a senador provincial por la sección primera. Parece ser todo esto un eslabón más para condicionar al gobernador y que termine acordando las listas de unidad de la que tanto se habla.
Esta semana además, habrá un paso clave en el ordenamiento de la oferta electoral bonaerense y es cuando se trate – si no se cae a última hora- en el Senado la reelección para los legisladores provinciales y municipales. La propuesta fue presentada por el senador Luis Vivona de Malvinas Argentinas pero el beneficio abarca a todas las fuerzas políticas. También, como fue adelantado aquí en su momento, Axel Kicillof mandó a presentar un proyecto similar que alcance la reelección de los jefes comunales hoy limitada a dos mandatos pero siempre hay una posibilidad de reinterpretar la ley. La movida del mandatario provincial agitó una vez más la interna que no deja de sumar capítulos.
La expectativa de la sola posibilidad que haya aún un resquicio para que Cristina Kirchner y Axel Kicillof no se pongan de acuerdo es un freno a la expansión de otros sectores dispuestos a acompañar al gobernador siempre que no sea con kirchnerismo adentro. La imagen de hace dos semanas en Chivilcoy que reunió a intendentes y referentes aguarda definiciones.
Los pocos intendentes del GBA que llegaron en las listas de Juntos por el Cambio ya se preparan para pintarse de violeta. Es una cuestión de días y de la forma en que presentarán esa determinación. Las miradas apuntan a Ramón Lanús de San Isidro y a la jefa comunal de Vicente López, Soledad Martínez sobre la que se cruzan otras versiones algo más escabrosas sobre la posibilidad de una salida anticipada de su cargo por decisión propia. Una licencia en principio. Ya Diego Valenzuela se adelantó y es libertario por adopción mientras que Jaime Méndez, el alcalde de San Miguel va camino a ser parte de una lista de carácter vecinal. En este último caso también se aguarda definiciones en el campamento peronista sobre si hay o no unidad.
Tampoco las cosas son simples en el radicalismo. El comité provincial tuvo este miércoles una reunión en La Plata luego del portazo de los Manes, Facundo y Gastón. El diputado nacional y retador de Santiago Caputo presentará este viernes su espacio político desde Tigre. ¿Casualidad?
La elección bonaerense es de difícil comprensión. Si existe apatía y enojo con la política que lleva a niveles récord de ausentismo en las votaciones, la contienda bonaerense no ayuda en lo más mínimo. Serán ocho elecciones dentro de una misma. ¿Por qué? La provincia está dividida en esa cantidad de secciones electorales que tendrá candidatos distintos para cada área geográfica. Al mismo tiempo, se divide en quienes elegirán senadores y quienes diputados. De esa manera, si alguien es candidato en la primera sección electoral (conurbano norte y oeste) no estará en la boleta de la tercera sección electoral (Conurbano sur y oeste). Así en todos los casos. Lograr nacionalizar esta elección con las características que tiene también es una tarea compleja como lo será hacer una lectura acertada de los resultados en términos políticos. Para el gobierno nacional es complejo encontrar candidatos taquilleros en cada sección que permita emparentarse con el Presidente como se lo asoció a Manuel Adorni. Además, el armado que hasta ahora venía llevando adelante Karina Milei, Sebastián Pareja y sus cercanos es cuestionado incluso por las mismas Fuerzas del Cielo. Pero el éxito porteño le dio más margen a “El Jefe” para imponer sus posturas.
En las mesas políticas de los barones miraron con mucha atención la elección que hizo Leandro Santoro en la zona sur de la ciudad. La más parecida a las características sociales que tiene el Gran Buenos Aires. Fue la única zona que no se pintó de violeta. Una esperanza que les permite mirar el futuro de sus territorios. Otro elemento es, justamente, el alto nivel de deserción a las urnas. Cuando esto sucede, suelen verse favorecidos los oficialismos locales que tienen injerencia en el aparato. Aunque los tiempos están cambiando. A los observadores analógicos de la política le quedan más elementos para poner en la balanza. El 7 de septiembre se votará con la clásica boleta de papel, la de siempre. Los aparatos aún tienen vida.
