Dos definiciones de funcionarios bonaerenses pintan con claridad lo que es ineludible. No existen los proyectos políticos nacionales que no están supeditados a esquemas bonaerenses. Cada vez más, la política se define en la provincia de Buenos Aires y básicamente en el conurbano. La Argentina es la que adoptó las formas del Gran Buenos Aires. La primera de las expresiones es del Vice Ministro de Salud provincial Nicolás Kreplak cuando ante la consulta si el gobierno de Kicillof le marcaba el rumbo en las acciones al gobierno nacional en materia de salud. “Gobernamos el 40 por ciento de la población del país y tenemos la responsabilidad de tomar decisiones. Eso sí, siempre articulamos con el gobierno nacional y también lo hacemos con el de la Ciudad”. Más picante y menos diplomático fue Sergio Berni: “Pidieron mi renuncia porque les molesto, en un país Federal las provincias son autónomas, el Presidente tiene cero peso sobre lo que tiene que decidir un gobernador”. Más claro imposible. Para el Ministro de Seguridad de Axel Kicillof, Alberto Fernández no tiene ninguna relevancia en lo que pase en Buenos Aires.
No es lo que piensan un grupo de intendentes bonaerenses quienes en privado repudian cada vez más a Sergio Berni e incluso, el sábado pasado mantuvieron una reunión con la Ministra de Seguridad Nacional Sabina Frederic. Sin foto de rigor las diatribas contra el funcionario más polémico de Kicillof fue de lo más escuchado. “Berni se queja que no hay coordinación entre Nación y Provincia, y nosotros decimos que tampoco la hay entre la provincia y los municipios”, manifestó uno de los presentes. En tanto, otro de los alcaldes convocados al encuentro fue Julio Zamora de Tigre quién dijo en declaraciones a los medios: “Hay una firme voluntad del presidente de aportar a la seguridad de la provincia”. Y de paso recordó el aporte extraordinario de fondos del gobierno nacional al bonaerense desde 2019 a la fecha. También Gustavo Menéndez de Merlo difundió un video contando los aportes del gobierno nacional para la seguridad de su distrito. Esquirlas que aún se expanden no sólo por la sensible situación de seguridad sino, sobre todo, por el manejo de la llegada de Máximo Kirchner a la titularidad del PJ provincial. La herida aún no cierra.
La confirmación que la provincia de Buenos Aires marca el ritmo de la politica nacional se evidencia en muchos aspectos. La seguridad es uno de ellos. La fuerte figura de Sergio Berni traspasa esas fronteras. Tiene nivel de conocimiento y aceptación nacional. Pero no es lo único. En Salud, siempre que se expresan los funcionarios del área como Daniel Gollán o el propio Kreplak, más temprano que tarde, desde el gobierno nacional terminan tomando medidas en el sentido marcado. En estas semanas de suba de contagios se vio aún con mayor claridad.
En materia económica, es cada vez más clara la influencia del pensamiento de Axel Kicillof en la toma de medidas que lo exceden como gobernador. Las medidas recientes de la Secretaria de Comercio a contramano de lo que había expresado el ministro Matías Kulfas horas antes a los empresarios. O el caso más reciente cuando el gobernador decide convalidar un incremento del 7% de las tarifas de electricidad en línea con lo que pide Cristina Kirchner, mientras Martín Guzmán es un convencido de la necesidad imperiosa de bajar el costo de los subsidios y habilitar aumentos cercanos al 30%.
¿Otro ejemplo? La negociación de la deuda provincial. Mientras Guzmán estaba en Washington con el FMI y antes con Fondos de Inversión, el gobierno bonaerense tensó aún más el camino para reestructurar el canje de los bonos. “No podemos pagar al FMI” dijo Cristina Kirchner hace siete días. En la misma linea se mueve Axel Kicillof con sus acreedores. De todas maneras, son muchos los que sostienen que, basados en experiencias anteriores, al final se paga.
Mientras el gobierno nacional intenta aprobar la reforma judicial que propuso Alberto Fernández, de la cual Cristina Kirchner dijo que no era “su” reforma, en la provincia esta semana lanzaron una batería de proyectos que apuntan a agilizar el funcionamiento del Poder Judicial. Se trata de un nuevo código procesal de las familias, civil y comercial; la revisión de la ley de procedimiento laboral; ley de régimen pericial; ley de abogados y abogada del niño, niña y adolescente; ley de ética pública y transparencia; y ley de responsabilidad del Estado. “Es una agenda judicial de los problemas de la gente” aseguran en los despachos contiguos al del gobernador.
Si las fotos hablan, hay que observar con mucho detenimiento la que surgió el martes por la tarde tras una reunión en Casa Rosada donde se volvió a poner en agenda la posibilidad de postergar o suspender las PASO. De los presentes por el oficialismo la mayoría forma parte de La Cámpora. A saber, el Ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, el diputado Máximo Kirchner y la intendente de Quilmes Mayra Mendoza. También estaban allí Sergio Massa, Martín Insaurralde y Axel Kicillof. Esa imagen es la definición exacta que explica por dónde pasa el poder hoy en el oficialismo. El triángulo Massa- Cámpora (Cristina Kirchner) e Intendentes (Insaurralde) definen el rumbo de la política argentina. Una vez más, la clara demostración del poder bonaerense guía la política nacional.
Sergio Massa viene de lograr la aprobación de su proyecto para exceptuar a más de un millón doscientas mil trabajadores y jubilados de pagar el impuesto a las ganancias. Su juego en tándem con Máximo Kirchner pasa por su mejor momento. Nadie le aporta hoy más visión de centro a la coalición que el presidente de la Cámara de Diputados. Con ese criterio fue elegido por Cristina Kirchner Alberto Fernández.El presidente se dispone, en cada ocasión que tiene, a mostrarse alineado al sector más duro del oficialismo. Con esa maniobra le deja mayor espacio a Massa y desdibuja la esencia por la que fue designado candidato a Presidente.
La provincia de Buenos Aires también es clave para la oposición. Lo demostró Mauricio Macri al reunirse con intendentes de Juntos por el Cambio para enviar, sobre todo, señales hacia adentro de su espacio político. Horas después, varios de los presentes cuestionaron la idea del oficialismo de modificar el calendario de las PASO. Para ellos, puede ser crucial entre ganar o perder las elecciones si no tienen ese elemento como ordenador.
El tema hoy está así: Hay un proyecto presentado del Diputado Emiliano Yacobitti, cercano a Martín Lousteau para contemplar la posibilidad de una modificación de las fechas. No la suspensión. Son, claramente dos cosas distintas. Pero la pandemia podría oficiar de disparador para que suceda esto último. De ello se habla en lo más alto del poder, que está claramente, centralizado en la provincia de Buenos Aires. ¿Había alguna duda aún?