Por Sebastián Dumont
¿El problema es el dólar? No el único. Pero los efectos que genera el descontrol cambiario pega muy duro en las expectativas y en la sensación “de viene algo peor”. Y es ahí donde comienza a cobrar importancia el devenir de las acciones que pueda hacer la política para recrear confianza de manera urgente. Por esas razones es que las especulaciones sobre los meses venideros ingresan en un terreno pantanoso porque el devenir de los acontecimientos transcurre a alta velocidad. Ciertos movimientos dentro del oficialismo y la oposición permiten observar el comienzo de un esquema que, en algún momento, podría dejar de lado las antinomias actuales para posarse en una nueva estructura de poder que reedite, de alguna forma, los genes de lo que fue el pacto de Olivos en la década del 90.
Vayamos por partes. La polémica que se generó en torno a la expresión de Axel Kicillof sobre los “barones” del Conurbano o los “varones” es más profundo de lo que se intenta mostrar y discutir. La utilización de ese término implica una caracterización creada para describir un accionar muchas veces desde un sector del periodismo “progresista” sin demasiado conocimiento del significado de estar al frente de un territorio en el Gran Buenos Aires. Son prejuicios ideológicos porque nunca se trató de igual forma a los intendentes peronistas y a los de otro signo político. No es muy diferente la manera que maneja Gustavo Posse San Isidro o Alejandro Granados en Ezeiza, para tomar dos claros ejemplos de permanencia en el poder. Sin embargo, al alcalde de la zona norte no lo llamaron nunca Barón. Y sí lo han hecho con Granados, Descalzo o el mismo Mario Ishii.
Lo de Axel Kicillof encuadra en un grupo de dirigentes que tienen un pensamiento similar y que resumimos en este mismo medio en la nota del 17 de setiembre pasado: “Quizá, la pelea más profunda con Axel Kicillof tenga que ver con eso. El gobernador se rehusa a reconocerles ese poderío. En varios sentidos. Primero fue en el armado del gabinete, luego en el manejo del dinero y ahora en la resolución del conflicto policial con la distribución de los nuevos fondos”. Y además: “El choque de planetas en el conurbano se podría resumir en lo siguiente: Los barones, que no quieren que los llamen barones buscan ser desplazados por quienes combaten a esos barones para en el futuro, convertirse en barones. El trabalenguas de la política del conurbano más caliente que nunca.”
Esa tensión irá en incremento a medida que pasen los días, con un eje fundamental en la imposibilidad de 95 jefes comunales de poder presentarse a una nueva reelección en el marco de la actual legislación. En las últimas horas se refirieron al tema el gobernador de Buenos Aires y el Ministro de Seguridad Sergio Berni. Este último es interesante leer entre lineas lo que expresó el martes por la noche: “”Esa ley ( 14.836) fue consensuada entre Vidal, Massa y un sector del peronismo en diputados y senadores, nos opusimos porque entendimos que a un intendente lo pone y lo saca la voluntad popular ,no una ley”. El kirchnerismo duro no la votó pero se preparan para ser los más beneficiados con ello sobre todo por el avance de La Cámpora.
Pero los dichos de Sergio Berni ponen en escena una entendimiento generacional entre María Eugenia Vidal, Sergio Massa que hay que ampliar a Horacio Rodriguez Larreta y hasta Martín Lousteau. Sólo por mencionar a algunos de otros tantos en esas mismas condiciones. Interesante el rol de cada uno de ellos en la construcción de un puente – aquí no necesitan al ingeniero Macri – que permita, hacia adelante, superar las antinomias y armar la mesa del poder para la Argentina que viene. De allí la referencia, antojadiza por cierto, con los acuerdos que desembocaron en el pacto de Olivos. Loss gestores de aquello con poder permanente, como Luis Barrionuevo o Coti Nosiglia, tienen lazos muy vigentes con los actores de estos tiempos entre los recién nombrados. Es claro que en el pensamiento de esta “mesa”, tanto Mauricio Macri como Cristina Kirchner forman parte del pasado. El ex presidente dio algunas señales de alivio a quien quieren armar el “macrismo sin Macri”, con sus últimas declaraciones al decir que no será candidato en 2021.
Es Sergio Massa uno de los más activos en la construcción de un horizonte de salida del pantano actual. De allí que armará el Congreso del Frente Renovador donde se promete asistencia de gobernadores y la idea de ampliar el Frente de Todos. Es una manera de reafirmar su identidad en un contexto difícil. Las últimas acciones del Presidente de la Cámara de Diputados lo han mostrado activo en actos de gestión antes de meterse de lleno en el tratamiento del presupuesto de 2021. Si hasta esas movidas alentaron versiones sobre cierto recelo en las cercanías de Alberto Fernández que desembocaron en un reunión, con foto incluida, del Presidente de la Nación junto al intendente de Tigre Julio Zamora. Dimes y diretes.
De todas maneras, cualquier idea de construcción futura no podrá prescindir de la resolución de las dificultades del momento. La preocupación por el devenir de las próximas generaciones obliga a poner la mirada sobre un aspecto sensible como es la educación. Sólo en la provincia de Buenos Aires la situación tiende a agravarse de una manera peligrosa. No sólo exige una mirada sobre el regreso a clases en escuelas de gestión estatal, sino también en aquellas de gestión privada que son, en total, 5933 de las cuales 2000 tienen el 100 por ciento de subvención estatal.
El comienzo del cierre de algunos de ellos ya es una realidad. El proceso comenzó con jardines maternales y comenzó a devorarse a escuelas primarias y secundarias. La discusión en la legislatura para dar un auxilio concreto al sector está muy complicada. En el Senado, Cambiemos dio media sanción a un ley de ayuda para el sector, que ahora llegó a Diputados. Allí, más allá de formar parte del oficialismo desde Frente Renovador, el Presidente de la Comisión de Educación Pablo Garate pide a gritos que se haga algo al respecto. “Podemos votar lo que vino de la Cámara alta, presentar otro proyecto o bien hacer modificaciones a lo que hay, pero es necesario dar respuesta a un sector que está muy complicado y que no le alcanzan los ATP. Es imperioso avanzar en ello”, sostuvo el legislador oriundo de Tres Arroyos.
Como se ve, las urgencias apremian. No resolverlas implica que se torne ciencia ficción la planificación hacia adelante. A pesar de las buenas voluntades que, en política, aunque muchos no lo crean, suelen estar presentes.