El gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof encabezó reuniones con los 135 intendentes de la provincia de Buenos Aires para avanzar en un trabajo en conjunto a los fines de frenar la pandemia del Coronavirus. Pero hay que reconocer que la provincia no puede hacer mucho en ese sentido. No debe ser malinterpretada la oración anterior. Hay una realidad en la distribución de los recursos que es evidente y requiere de una solución excepcional acorde a los tiempos. Mucho más con la confirmación que el 70 por ciento de los casos de contagio del virus se darán en entre la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.
La salud de la provincia de Buenos Aires está en manos de los intendentes mayoritariamente. De la totalidad de las prestaciones sanitarias, el 65 por ciento recae de manera directa en las comunas y el resto en la administración provincial con un porcentaje muy bajo de directamente afectado a la Nación.
Con su economía en estado muy grave, el gobierno bonaerense acaba de hacer un giro cercano a los 300 millones de pesos donde cada municipio recibió muy poco dinero en medio de la caída estrepitosa de la recaudación. Los instrumentos financieros con los que cuenta la provincia son escasos y además, no puede emitir su propia moneda.
Por ello, crece el consenso entre los intendentes del Conurbano de la necesidad de un refuerzo económico y sanitario a sus arcas de parte directa del gobierno nacional de Alberto Fernández. Es más, por lo bajo, hay quienes sostienen que habiendo tomado otras medidas, como por ejemplo, “aislar el virus” con la compra de reactivos por parte de las propias intendencias, se ahorraría no sólo tiempo, sino recursos humanos y hospitalarios. ¿Para qué tener a alguien aislado en una cama del hospital seis días hasta que llegue el resultado del exámen? Hubo comunas que intentaron hacerlos y no los dejaron. Sostienen que es imperioso descentralizar las pruebas para detectar el Covid -19
Así como en su momento desde el gobierno nacional se hacían giros directos para efectuar obras públicas sin pasar por el Estado Provincial, los intendentes aguardan una medida similar ahora en tiempos de pandemia. “La Nación cuenta con instrumentos propios que habitualmente no cooparticipa”, sostiene a este medio un alcalde del conurbano. No lo quiere decir con todas las letras, se refiere a la emisión monetaria, necesaria ahora para afrontar la caída de la recaudación propia y el aumento de los gastos que requiere enfrentar la pandemia.
“Tenemos el doble o triple de trabajo con la mitad de los recursos de antes”, explican desde la secretaria de salud de otro distrito populoso del conurbano mientras se preparan para afrontar días complejos.
A ello le suman el conflicto social que ello avecina. El resumen se le escuchó a una mujer que atiende un kiosco en un barrio humilde. “Mi miedo no es el virus, temo más a no poder comer en unos días, ahí no sé lo que hago”. Los peores fantasmas de otros tiempos sobrevuelan el Gran Buenos Aires.
“Necesitamos ya un aporte urgente del gobierno nacional para no frenar la economía y poder dar respuesta a la gente”, advierte otro intendentes. Las próximas horas serán cruciales. Mientras tanto, el primer día de cuarentena transcurre con las propia particularidades que tiene el impredecible conurbano bonaerense.
