En la Argentina para explicar una situación de la vida cotidiana se suelen utilizar ejemplos futbolísticos. Y en la política no es la excepción. A lo largo de la semana, desde Cambiemos quisieron dejar en claro que no hay plan B, ni Plan V. Es decir que el candidato a presidente es Mauricio Macri. Pues bien, aquí viene la metáfora futbolera: ello es algo así como cuando los dirigentes de un club tienen que ratificar todos los días a un director técnico que está en la cuerda floja porque los resultados no se dan, y finalmente termina fuera del equipo. Algo de ello parece estar pasando en este momento con el presidente de la República y su postulación. Sin dudas. Aún no estaría cerrada la situación. Hay tiempo hasta el 22 de junio.
Desde el domingo pasado hasta este jueves, las señales para obturar la posibilidad real que María Eugenia Vidal sea la candidata en lugar de Macri, se profundizaron. El primero en hacerlo fue el jefe de gabinete Marcos Peña quien no sólo buscó congelar esa idea ahora, sino que envió un mensaje para más adelante al recordar declaraciones de la gobernadora cuando afirmó que no utilizaría como trampolín la provincia para una candidatura presidencial. Los dichos de Marcos generaron fuerte enojo en las cercanía de Vidal porque entendieron con claridad cuál era el mensaje. Una muestra más del “fuego amigo” descripto en esta columna en varias ocasiones.
Pero no alcanzó con las manifestaciones del jefe de gabinete. El lunes Mauricio Macri fue a La Plata para reunirse con el gabinete de Vidal. La reunión fue a puertas cerradas pero algo de ello trascendió. El presidente habría vuelto a ubicar a la gobernadora como su “mejor alumna” porque lejos de quejarse o enojarse en público, mantiene su ritmo de trabajo. No olvidarse que decidió no desdoblar la elección a diferencia de los gobernadores radicales, hoy en máxima tensión con la Casa Rosada. Y además el primer mandatario reconoció que por esas razones muchas veces no le prestó atención de igual forma a Buenos Aires como a otras jurisdicciones. Aquello del que “no llora no mama”.
Los funcionarios del gabinete provincial escucharon lo que muchos argentinos también: No hay otro rumbo ni otro camino. Ni siquiera se olvidó de citar al presidente que más admiró por su pensamiento desarrollista: Arturo Frondizi. Vuelve a instalarse la idea que el problema estructural data de al menos 60 años. Sería este motivo de la campaña. La contracara la instala la oposición con la frase “hay otro camino”. Daniel Scioli, que lanza su candidatura este jueves, fue el primero en usar ese slogan en sus redes sociales. Similar es “Hay Alternativa” con el que se construye Alternativa Federal. Allí esperan la definición de Roberto Lavagna quien viene sumando gestos elocuentes sobre su posible candidatura.
Mientras en Cambiemos por ahora quieren dejar claro que no hay plan alternativo en las candidaturas, en la oposición se gira sobre que hará Cristina Kirchner y ahora Roberto Lavagna. Sus probables postulaciones no se superponen. Es más, hay quienes creen que debieran estar los dos en octubre porque el ex ministro de Economía le sacaría más votos al presidente que a la ex. El núcleo duro del cristinismo no se mueve de donde está.
La irrupción de Marcelo Tinelli también le puso un condimento extra a toda esta historia. El conductor de Tv le puede agregar popularidad a Lavagna y ya recorrió muchos distritos del conurbano donde se reunió con referentes sociales e integrantes de la iglesia. ¿Se postulará? Aún no se sabe, como sí parece hará el presidente del San Lorenzo Matías Lammens, pero en la ciudad de Buenos Aires.
Los intendentes mira de reojo. Los del oficialismo hoy estarán con Macri donde escucharan la ratificación del rumbo. Muchos de ellos no están muy convencidos porque las encuestas en sus territorios los preocupa mucho. Los peronistas juegan a que sea Cristina Kirchner o, en todo caso, convencer a Sergio Massa. Ninguno descarta, de todas maneras, volver a aplicar el voto “delivery” de ser necesario para sostener sus territorios. Ello entregar la boleta cortada con el candidato presidente que sus vecinos quieran votar.