“El escenario que hoy se presenta en el tablero político no es el que llega a las elecciones primarias, todavía hay mucho por recorrer y no se puede descartar ninguna posibilidad”. La afirmación la realizó a este cronista un dirigente experimentado de la provincia de Buenos Aires que está anotado en la carrera para disputarle el sillón a María Eugenia Vidal. Su convencimiento es el de mucho otros que aún vislumbran la posibilidad de un acuerdo en la mayoría de los sectores vinculados al peronismo para la disputa de la presidencia de la Nación que, de manera obvia, ordenará las postulaciones provinciales y locales. Dicho en otros términos, son quienes creen posible un corrimiento de Cristina Kirchner en favor de la unidad. Fiel a su estilo, la ex presidente nunca revelará ese enigma hasta bien cerca de los plazos de definiciones.
En ese mismo sentido trabaja Sergio Massa quien se ha trazado el objetivo de ubicarse como el opositor que sume más voluntades además de Cristina Kirchner para lograr ser el elegido del futuro sello de la unidad. Por eso, a pesar del enojo y la molestia de quienes critican sus respuestas cuando le preguntan sobre si hará o no un acuerdo con CFK, Massa no se mueve de su esquema. Nunca irá en una lista con la senadora nacional, lo que no es lo mismo que decir que este dispuesto a compartir espacio con muchos seguidores fieles de ella.
Otra señal en ese sentido fueron las repercusiones que generaron las declaraciones de Eduardo Duhalde al relatar que alguien muy cercano a Cristina Kirchner le trasmitió que no veía con malos ojos una candidatura de Roberto Lavagna. Todo un tema la posible postulación del ex ministro de economía de quien aseguran se diluirá con las semanas ya que no atravesará el desgaste de lo que significa una campaña. Por lo pronto, su nombre es repetido en encuestas y análisis. Además la misión del Fondo Monetario Internacional pidió entrevistarse con él. Las interpretaciones están a la orden del día.
Mientras se define ese ordenamiento, en el conurbano hacen cuentas. Los intendentes de Cambiemos lanzaron el pedido de eliminar las PASO que ratificaron en un encuentro el viernes pasado. El tema desapareció de la agenda esta semana y se presume que navegará hacia un naufragio. Con la unificación de las elecciones muchos de ellos ven peligrar la posibilidad de continuar en sus comunas atados a la boleta de Mauricio Macri. Por eso, buscan alternativas. Lo mismo le sucede a los peronistas quienes saben que la candidatura de Cristina Kirchner les da un plafón mayor, mientras que si hubiera unidad también correrían con ventaja.
Es por ello que en las evaluaciones que hace Cambiemos sobre la conquista de nuevos territorios se ha ido modificando con el correr de los meses. Tras las elecciones de 2017 estaban seguros de quedarse con varios municipios nuevos, ahora ello es más incierto.
Un rápido repaso permite asegurar que el oficialismo no tendría inconvenientes en mantener distritos como Vicente López – allí será Jorge Macri salvo que sea convocado para una candidatura provincial – , y San Isidro, donde seguirá Gustavo Posse. Las altas chances están también en territorios de mucho arraigo peronista que obtuvieron en 2015 como los casos de Tres de Febrero con Diego Valenzuela, Morón con Ramiro Tagliaferro, Pilar donde gobierna Nicolás Ducote y el caso de General Rodriguez. En este último el intendente Dario Kubar lleva adelante una intensa agenda para obturar al peronismo que tiene sus propias divisiones y hay molestia por la presencia de candidatos “importados” con dudoso financiamiento. Quizá Quilmes sea el que pueda tener mayores riesgos para Cambiemos en la Tercera Sección electoral, siempre más proclive a votar peronismo. En Lanús, Néstor Grindetti tiene buenos números de gestión pero no podrá descuidarse con el efecto arrastre de la boleta nacional.
En todos los casos, está acordado que la gobernadora Vidal se ponga en linea para hacer campaña y sostener lo propio.
Las dudas se plantean en aquellos distritos que se pensaban ganar y ahora no está tan claro. Uno de ellos es San Martín donde Cambiemos va a poner de Candidato a Santiago López Medrano el actual ministro de Desarrollo Social bonaerense. Lo que antes era número puesto hoy ya no lo es tanto. Allí Gabriel Katopodis será un hueso duro de roer, mucho más en estas circunstancias de retroceso económico en un distrito que es capital de las PYME hoy tan castigadas por la política nacional. Lo mismo para otras comunas como los casos de Hurlingham o Ituzaingó que descontaban ganar y hoy están en duda. Lo mismo con Avellaneda.
Un caso para seguir de cerca es Malvinas Argentinas donde el candidato de Cambiemos será el ex intendente Jesús Cariglino – tiene caudal propio de votos- que enfrentará al actual Leonardo Nardini. Es un distrito peronista por excelencia y ambos candidatos son de esa procedencia. Allí habrá una elección muy pareja donde será clave el rol de las terceras fuerzas.
Donde nunca hubo demasiadas expectativas para Cambiemos es en Lomas de Zamora, La Matanza, Merlo, José C. Paz, Escobar por mencionar sólo alguno de ellos donde el justicialismo no tendría inconvenientes en seguir gobernando. Lo mismo en Esteban Echeverría o Almirante Brown.
Queda claro que la política es muy dinámica y confirma la frase con que se inició esta nota. Además hay que sumarla las especulaciones en torno a la fórmula provincial. Será clave seguir de cerca cómo evoluciona la relación con la UCR para saber si Daniel Salvador volverá a acompañar a María Eugenia Vidal. Otros hablan de volver a la idea original de 2015 y es una fórmula con Cristian Ritondo. Mientras tanto, en los despachos de la Cámara de Diputados se agitan versiones de un paso de Manuel Mosca al ejecutivo para ser reemplazado por Joaquín De La Torre si encabeza la lista de diputados por la primera sección. No sería algo que, por ahora, entusiasme demasiado al jefe político de San Miguel. Operaciones que se multiplicarán. Nada que no conozcamos. En definitiva se trata de la política misma.