Apenas amanecía el año 2016 y muchos dirigentes peronistas se preguntaban cómo seguiría su vida tras la derrota del año anterior y el ascenso de Mauricio Macri. La gran incógnita estaba centrada en el destino de Cristina Fernández de Kirchner. Por aquellos días, un experimentado ex legislador, hoy en el armado de Roberto Lavagna, solía decir: “En la elección de 2019 los peronistas no K deberán resolver primero la cuestión Cristina. Y recién allí pensar en la construcción de un espacio propio para el 2023”. Pues bien, aquello podría seguir vigente salvo que la cuestión sobre la ex presidente no la resolverá el justicialismo sino el propio Macri. Siempre y cuando logre ganarle a la fórmula del Frente de Todos. El cierre de las listas del fin de semana dejó más que claro que la política argentina sigue monopolizada por el presidente y por su antecesora.
En casi cuatro años pasó de todo. Y nunca Cristina Kirchner perdió la centralidad. Para ello, Cambiemos fue clave porque apostó siempre a la polarización que creía dejarle el camino allanado para triunfos electorales. Lo logró en 2017 en la provincia de Buenos Aires, territorio clave para el peronismo. El PJ jugó su propio partido con Florencio Randazzo pero nada alcanzó para eclipsar a la actual senadora. La economía hizo el resto. Y hoy, el escenario se repite de la misma manera. Son ellos dos. Aunque ambos quisieron mostrarse abiertos al conformar los binomios presidenciales.
La decisión de Mauricio Macri de convocar a Miguel Pichetto como compañero de fórmula fue leído muy bien por los mercados como por el “ala política” del gobierno. Hasta le hicieron un asado de bienvenida al senador con marcha peronista incluida. No duró mucho. La conformación de las listas ratificó que la lapicera es de Macri delegada en Marcos Peña. De nadie más. Allí se privilegiaron otros acuerdos. Sobre todo con Elisa Carrió. En la provincia de Buenos Aires, sucedió algo similar. Las listas fueron confeccionadas con los propios de Vidal vía Federico Salvai. Un gesto para el peronismo que llegó junto a Pichetto fue la inclusión de Claudia Rucci como candidata a senadora por la tercera sección electoral. Nada más. Lo mismo en los distritos, salvo en contadas excepciones. Pero nada relevante.
El jefe de gabinete de María Eugenia Vidal fue quien diseñó las listas. Siempre con la aprobación de la mandataria provincial que dejó afuera todos los vestigios de Emilio Monzó, incluido a su hermano Gabriel que aspiraba a renovar. Quizá Vidal nunca olvidó que el ex intendente de Carlos Tejedor fue uno de los impulsores de la candidatura a gobernador de Sergio Massa en 2015. La cena que mantuvo Monzó con el ex intendente de Tigre horas después tampoco habría ayudado a despejar los fantasmas. Sí hay algo cierto. Ambos se conocen de sus inicios en la militancia como muchos otros de su generación que se vieron seducidos en la década del 90 por el auge de la UCEDE que apoyaba a Carlos Menem. Aquel partido hoy intentó darle marco legal a la fórmula de José Luis Espert, acusado desde Cambiemos de ser funcional a los K. Rarezas.
En las listas que inciden en el conurbano para la legislatura, que son la primera y tercera sección electoral, hubo lugar para los cercanos a Vidal como el caso de Alex Campbell y la nómina se completó, en los primeros lugares, para quienes tienen territorio: Jorge Macri, Gustavo Posse y Joaquín De La Torre que ubicaron representes del 2 al 4. El intendente de Vicente López también fue otro de los que se llevaron varios casilleros.
La Cámpora, Massa y los Intendentes.
Distintas son las lecturas sobre ganadores y perdedores en el reparto del peronismo. Con la llegada de Massa al espacio hubo que abrir las listas. El ex intendente de Tigre se quedó con seis diputados nacionales en puestos de expectativa, incluyéndolo a él que encabeza la nómina. Misma cosecha para La Cámpora cuyos seis primeros representantes ingresaran seguro en al cámara baja. Extrañeza causó escuchar a quien se sorprendían por la influencia de la agrupación de Máximo Kirchner. ¿Alguien podía pensar que sería distinto? Si Cristina Kirchner se corrió de la candidatura a presidente, imposible pensar que hubiera dejado a sus preferidos a la intemperie. Para analizar con detenimiento el armado. Allí, en los primeros puestos, además de Massa aparece Leandro Grosso que representa al Movimiento Evita. Ese sector, como el Frente Renovador fueron oposición a Cristina Kirchner en 2017. Ahora están todos en el mismo lugar, y en los puestos más altos. La suma que permite no dividir puede ser clave en la provincia de Buenos Aires.
Es dicho territorio la apuesta mayor de la ex presidente y sus muchachos. En las listas seccionales del conurbano relegaron a los intendentes. En la primera sección, encabeza un hombre de Mario Ishii, pero de dialogo frecuente con la cúpula camporista. Se trata de José Perez, actual secretario de gobierno paceño pero que supo comandar la regional de Anses en tiempos K. Allí nadie llegaba sin la aprobación de CFK y La Cámpora. En dicha nómina los jefes comunales tenían pensado ubicar en el primer lugar a Alberto Descalzo quien al final irá por una nueva reelección en su municipio donde puso a su hijo al frente de la lista de concejales. El resto se repartió entre la Cámpora, Sergio Massa y el movimiento Evita. En segundo lugar está Malena Galmarini. En Tigre, la sangre no llegó al río. Se acordó que Julio Zamora vaya por la reelección y como primer candidata a concejal se anotó Micaela Ferraro, la persona de máxima confianza que tiene, hace muchos años, la propia Malena Galmarini. Un reaseguro para los acuerdos. El primer concejal es quien sucede el intendente ante alguna situación. Por ello, decir que Massa perdió Tigre parece un tanto apresurado.
En la zona sur del Conurbano, la legislatura tendrá candidatos a senadores del peronismo vinculados a La Cámpora y a los intendentes. Martín Insaurralde logró ubicar un hombre suyo y romper una ley no escrita en el conurbano. La misma dice que Intendente que pone diputados en una elección, no pone senadores en la otra. Aquí fue la excepción. Aprovechó las internas locales de Almirante Brown que imposibilitaron que el intendente Mariano Cascallares ubique a alguien suyo. Otra ausencia notoria son delegados de Fernando Gray, el presidente del PJ bonaerense.
Axel Kiciloff será el candidato a ganarle a Vidal. Las listas se armaron con “incondicionales” en los primeros lugares. Parecen nóminas preparas para escenarios de triunfo pero evaluando una posible derrota. Será voto a voto. Y cada gesto invita a pensar que le suma a cada sector. Por ello, en la cercanía de Vidal tomaron como buena noticia los candidatos bonaerenses de Roberto Lavagna. Todos peronistas. Arrancó la campaña. Bienvenidos.