Por Sebastián Dumont – Periodista
“Seguimos desorganizados y con acciones aisladas”, definió un importante intendente del Gran Buenos Aires como radiografía del momento que pasa el oficialismo. La muestra más clara la acaba de dar los anuncios de Sergio Massa, sobre todo el bono de 60 mil pesos en dos veces. A esta altura no hay uniformidad entre los alcaldes del conurbano sobre qué hacer. Más allá de cómo termine la historia sobre el particular, lo que denota es, justamente, lo marcado por el jefe comunal. Una pequeña muestra recorriendo las calles le suma aún más incertidumbre al escenario del gobierno. Aún en quiénes admiten haber votado y seguirán votando a Massa en octubre creen que los anuncios serán poco efectivos. En Juntos por el Cambio bonaerense intentan encontrar el incentivo para salir a sostener la candidatura de Patricia Bullrich y Néstor Grindetti. En tanto, La Libertad Avanza se nutre de fiscales y creen que los intendentes le seguirán “cuidando” y repartiendo la boleta porque también a ellos les conviene.
El sacudón del resultado de las elecciones primarias le ha dejado lugar a la acción en cada fuerza política. Por ahora lo que prevalece es la mirada sobre lo propio. El cuidado de los territorios. Si antes de las PASO intendentes advertían de la soledad en qué sectores de Unión por la Patria habían dejado a Sergio Massa – tema que fue advertido en estas líneas – ahora ha llegado la constatación. El capítulo “bono” lo demuestra. No alcanzan declaraciones de ocasión para ocultar una realidad que está allí latente. Ni tampoco sirven las elucubraciones de pensar que el Ministro de Economía lanza una medida para “vengarse” por el corte de boleta que se pudo plasmar el 13 de agosto y poner en aprietos a quienes puedan o no pagar en sus comunas.
De por sí, los salarios municipales de los empleados de carrera son muy bajos. La mayoría estaría alcanzado porque ganan mucho menos que los 370 mil pesos que marca el límite de quiénes estarían alcanzados para acceder al mismo. Desde las oficinas del palacio de hacienda les recuerdan a los alcaldes los montos que muchos de ellos tienen depositados en plazos fijos e instrumentos financieros. No son pocas las comunas que han incorporado a su staff especialistas en finanzas para aprovechar las oportunidad que da una economía inflacionaria. Ergo, la gran mayoría de las cuentas locales están más sanas de lo muchos se imaginan. Y, al mismo tiempo, aunque suene increíble, hay municipios donde un empleado registrado no alcanza ni siquiera a cobrar el salario mínimo. Caldo de cultivo que luego ayuda a explicar la caída de gobierno que asomaban como muy afirmados. Las estructuras políticas suelen corroerse primero, desde sus propias entrañas.
De todas maneras, Sergio Massa no se rinde. No está en sus genes. Va a buscar hasta que la más remota posibilidad se le cierre antes de claudicar en su intención de ser Presidente de la Nación. En sus cercanías, analizan los posibles escenarios para llegar a la segunda vuelta e incluso ganarle a Javier Milei.
Si se tienen en cuenta los trabajos de “tracking”, encuestas y focus que manejan hoy en el Frente Renovador, notaron que crece Javier Milei en torno al 5%, pero que no llegaría a ganar en la primera vuelta. Sí logró captar electores de todos los sectores. De obtener voto de varones y jóvenes a llegar a todas las capas, con importantes diferencias por provincias donde obtuvo resultados muy dispares. Se dio una constante en provincias donde se votó más allá de la presidencial.
En tanto, observan en el massismo un crecimiento de Massa que logra sumar los votos de Juan Grabois, también en un 5% con características similares de “heterogeneidad en los resultados y en las posibles transferencias”.
En tanto, para el Frente Renovador se desinfla Patricia Bullrich porque estará teniendo problemas para sumar los votos de Horacio Rodríguez Larreta quedando debajo de la suma de Juntos por el Cambio en las PASO. La ex ministra de seguridad habría perdido votos en adultos mayores y clase media con la misma disparidad que en los casos de Milei y Massa.
Ya no quieren quedar atrapados en la discusión de cuánto influyó el corte de boleta de los intendentes propios. Hay casos muy concretos donde la evaluación es a la inversa. En la tercera sección electoral, la más populosa del conurbano, el intendente de San Vicente Nicolás Mantegazza ha obtenido el 63%, el mayor porcentaje de los alcaldes de Unión por la Patria en el GBA, trasladado a votos fueron 25.051 mientras que la fórmula nacional logró 9 mil votos menos y Axel Kicillof cosechó 17.890 votos. En la comuna entienden que sí de verdad hubieran trabajado el corte, la cosecha de los candidatos nacionales podría haber sido peor. Ahora aseguran tampoco no lo harán
“Aún con los esfuerzos aislados y desordenados vamos a tratar de forzar la segunda vuelta, no hay que dejar de empujar a Sergio Massa”, analiza otro intendente de la primera sección electoral que ganó con comodidad en su distrito y no tendría problemas de retener su territorio.
Los primeros números que aparecen hablan de ese escenario posible. Gran desafío para Patricia Bullrich de lograr revertir esa posible resolución. Ese fue el tema central de la reunión del martes a la noche en San Miguel entre los candidatos a intendente de los distritos de la primera sección electoral. Allí estuvieron Néstor Grindetti y Diego Santilli, cuyo discurso fue ponderado. Los anfitriones fueron el senador Joaquín De La Torre y el jefe comunal local Jaime Méndez quien utilizó su experiencia en el rugby para emular la necesidad de salir a dar vuelta el resultado en las elecciones de octubre. La arenga en sí misma es la constatación de la situación en sí misma. Los testimonios recogidos coinciden en la satisfacción del encuentro. El viernes, en Pilar, Patricia Bullrich va a presentar los lineamientos de la campaña.
La foto sirvió para mostrar unidad de cara a lo que viene con la gran ausencia de Gustavo Posse – quién sí ya se reunió con Ramón Lanús y se puso a disposición – que acompañó a Diego Santilli en la fórmula que claramente, con el escrutinio final, se vio afectada por la candidatura de Horacio Rodriguez Larreta.
Otra particularidad que va a requerir de trabajo de orfebrería es que la mayoría de los candidatos locales que ganaron las PASO en el GBA estaban en la lista de Larreta y Santilli. Ahora deberán prestarle atención para que, una vez cerradas las internas, los candidatos que cayeron se les sumen. De lo contrario, siempre hay tentadores lazos con los oficialismos locales ávidos que la oposición se siga neutralizando entre sí.
Hoy Javier Milei está “angelado”. Se diga lo que se diga parece que muy poco le hace mella. Es una característica común de quienes aparecen con grandes chances de ganar. De todas maneras, el árbol no debe tapar el bosque. La conducta de los electores es cada vez más inestable. El gran acierto fue haber conectado con el sentir de la mayor parte de la sociedad en un momento muy particular de angustia y desazón. Es quien mejor interpretó este presente. Así como Milei, en otros tiempos han sido otros actores que ascendieron en la valoración y luego bajaron con mucha rapidez al no poder sostener esas expectativas. En 2009 fue Francisco De Narváez quien logró ese apoyo, en 2013 Sergio Massa lo catalizó y en 2019 Mauricio Macri. Los ejemplos muestran que no han podido sostenerse en el tiempo como los referentes del cambio que demanda la mayoría de los ciudadanos. No es un fenómeno exclusivo local. Sucede en democracias cercanas como Chile, Perú, Ecuador y Colombia.
Las opciones que se vislumbran hacia adelante elaboran un enorme interrogante para la gobernabilidad si Javier Milei es presidente. Lo más probable es que la atomización de los espacios derrotados obligue a negociaciones más complejas porque será muy difícil identificar con claridad los referentes de cada uno que puedan guiar al conjunto.
Aún Mauricio Macri y Cristina Kirchner quizá abriguen esperanza de seguir terciando. Para ello deben suceder, en principio, dos cuestiones bastante probables: que la ciudad de Buenos Aires siga en manos del PRO y la provincia de Buenos Aires, en manos de Axel Kicillof. La moneda, sigue en el aire.