Por Sebastián Dumont-Periodista
Se multiplican las asambleas sectoriales. La provincia de Buenos Aires es el eje de la construcción de cualquier proyecto presidencial serio. No hace falta que lo ratifique el censo publicado en las últimas horas para saberlo, aunque en él asoma la novedad del tratamiento del Gran Buenos Aires, limitado a 24 distritos. Afuera, lo que en el conurbano llaman el tercer cordón. Encabeza La Matanza con números cuestionados de población, atrás vienen Lomas de Zamora, Quilmes y Almirante Brown, todos distritos de la tercera sección electoral. En la primera, Merlo encabeza como distrito más poblado, seguido por Moreno. De los 17 millones que viven en la provincia, el GBA concentra más de 10 millones. Está claro porque define la elección nacional después de la reforma constitucional de 1994. Un detalle, población no es lo mismo que padrón electoral. Pero porcentualmente se parecen.
Es entendible por qué sin una política clara para esa geografía es impensado ganar la elección nacional. Abunda por estos tiempos el recuerdo sobre la candidatura de Carlos Menem en la interna del 88 frente a Antonio Cafiero que era quien tenía la estructura mayoritaria. No le alcanzó. Fue más fuerte la ilusión que había generado el riojano. De todas maneras, sí tuvo estructura sólida en La Matanza y Lomas de Zamora. En ese espejo intentan verse Javier Milei y Patricia Bullrich. El peronismo bonaerense se ha concentrado en mantener la provincia. Quedó claro el martes a la noche en la reunión que se hizo en Merlo.
Aspectos medulares para diseccionar ese encuentro merlense se encuentran a borbotones. En la previa, las fuentes consultadas se empeñaron en aclarar que no había animosidad ante la ausencia del presidente y los dirigentes más cercanos a él en el territorio. La foto final dijo otra cosa. La mirada salomónica es, siempre, la asistencia de Gabriel Katopodis, el jefe político de San Martín además de ser ministro de obras públicas. También del movedizo Santiago Magiotti, clave en la política habitacional del país y jefe político de Navarro. Sus vínculos son transversales y no crujen con La Cámpora, como sí sucede con Juan Zabaleta, considerado como “Albertista”, y enfrentado a los chicos de Máximo Kirchner en el distrito desde que decidió recuperar lo que había ganado con los votos en 2019 y quisieron- sin éxito- arrebatarle a puro nombramientos.
Tampoco estuvieron Alberto Descalzo, Mario Ishii – hoy de los más “albertistas”. Sobresalió la ausencia matancera, ni Fernando Espinoza ni Verónica Magario. Aconsejan prestar atención a movimientos de Juan Manzur con ideas de desembarco bonaerense y fórmula con la Vice gobernadora. A los afiches que aún se ven en paredones de la provincia con la leyenda Juan XXIII no se los puede confundir con los de Juan Grabois, por el simple hecho de quien los firma.
Las ausencias muchas veces hablan más que las presencias, que no pueden ser pasadas por alto. El ministro de Economía, Sergio Massa, en el centro de la imagen. Venía de anunciarles soluciones al sector agropecuario. Esas acciones son las que le interesa dar a conocer. De su siempre muy activo equipo de prensa no salió una solo referencia a la cumbre en Merlo. Tiene lógica. La novedad era el alivio al campo. Massa por momentos se cansa de las internas palaciegas que retrasan el efecto de las medidas. Sin respuestas y mejoras palpables, los jefes territoriales se preparan para una batalla donde no sobrará nada. Por eso, no quieren terminar de dar de baja la idea de Cristina Kirchner en la boleta. Aún en declive, podría ser de vital importancia.
Solo en tono de broma Massa les dijo a los alcaldes que bajen las tasas municipales para no ponerle presión a los precios. La discusión por el reparto de los fondos ya había tenido su primer round al mediodía en La Plata. El que recibió fuertes críticas fue Aníbal Fernández por haberle bajado el precio a la reunión. Por el resto, no mucho más. Promesas de organizarse y preservar la unidad. El mensaje ya había sido dado con la foto misma.
Patricia y Javier.
Envalentonada tras su encuentro con Macri en Villa Langostura, la “piba” retomó sus recorridas y busca amalgamar sus estructuras territoriales en Buenos Aires. De eso se trató el plenario del lunes en Tomas Jofré, partido de Mercedes, sitio donde sobresalen los asados y pastas caseras los fines de semana. Y, por supuesto, los salamines quinteros.
Con el espejo del Menem del 88, Bullrich capta segundas y terceras líneas dirigenciales. Va sumando. Tiene con ella jefes territoriales que aspiran a gobernar la provincia. Son Javier Iguacel, Joaquin De La Torre y Néstor Grindetti. En la interna del Pro le envían señales otros referentes con asiento en el conurbano. Se le suma ahora el ingrediente de un posible acuerdo con José Luis Espert.
Por caso, Jorge Macri no descuida su pata cerca de Patricia. Hay casos para seguir de cerca. Uno de ellos es el del ascendente Andrés Antonietti, que ya se desplegó en Pilar y asoma como un de los referentes más nítidos. Apellido con historia en el menemismo. Su vínculo es directo con el ex intendente de Vicente López y con César “Tuta” Torres, mano derecha historia del ministro porteño. Un caso ayuda a entender una lógica. Los movimientos tectónicos que buscan empardar la presencia masiva de Diego Santilli y, por ende, de Horacio Rodríguez Larreta.
El Jefe de Gobierno tiene la cancha inclinada en el conurbano si de estructura se trata. Los intendentes están con él. Y en cada distrito donde gobierna otro signo político no tiene empacho en poner lo que haga falta para desplegar. “Son las reglas de juego, si me quejo de esto me tengo que dedicar a otra cosa”, arroja un referente de Patricia Bullrich que vive el día a día de esta historia.
Habrá que ver si la mística logra imponerse sobre las estructuras consolidadas. Es el fenómeno que recrea Javier Milei con mayor elocuencia. Pero además es realista. El entusiasmo no camina solo a las urnas. Necesita de lazarillos. Y eso se construye de abajo hacia arriba. Si lo sabrán candidatos que seducían encuestas y a la hora de la verdad, las urnas no mostraron lo mismo.
Javier Milei, con su hermana Karina y Carlos “Chino” Kikuchi ya mostraron sus primeras cartas. Falta aún la definición más importante: el candidato a gobernador.
La incipiente idea de los gobernadores del centro del país, llámese Schiaretti, aún no tienen un reflejo claro en el Gran Buenos Aires. Quizá el más ferviente defensor de la posibilidad de un espacio de centro sea un radical: Facundo Manes.
Hay que mirar los movimientos del partido centenario porque de ellos depende en gran parte el futuro de Juntos por el Cambio y su morfología. Su despliegue bonaerense es aún tenue. El presidente del partido, Maxi Abad se lanzó desde su ciudad, Mar del Plata.
Pero la clave está en la ciudad de Buenos Aires. De cómo cierre Horacio Rodríguez Larreta sus alianzas. Problemente lo que más mira Mauricio Macri quien en la intimidad debe sentir que no quiere repetir la experiencia de Boca Juniors. Aquello que dejó y pensaba manejar por siempre con un joystick, de repente se lo arrebataron. El ex presidente espera que en la geografía porteña no le aparezca un Riquelme.
