Por Sebastián Dumont
El aumento de los casos de coronavirus, las constantes idas y vueltas discursivas del gobierno con respecto al mismo tema pondrán, por un tiempo, fuera de la agenda las discusiones intestinas dentro del oficialismo. La más importante se da en la provincia de Buenos Aires con el avance de La Cámpora sobre la estructura del PJ bonaerense, instrumento que alguna vez fue el eje del movimiento peronista y que hoy, quienes sienten profesar aquellas ideas de Perón se han convertido en “nómades”. Se ven expulsados de su propia casa para ir en busca de dónde recalar ante la permisiva actitud de quienes debieran poner freno a esta movida. Para Máximo Kirchner no puede haber vuelta atrás luego que trascendiera su idea de conquista partidaria. De lo contrario, el costo político podría ser mayor, aunque nadie puede asegurar que no vayan a haber presentación de amparos o medidas para dificultar la consagración de la maniobra. Cómo repercute en el futuro inmediato de cada uno de los territorios.
¿Cuál es la razón para, de pronto, apetecerle a La Cámpora la captura del partido? Hay quienes responden: La idea de manejar la junta electoral partidaria que define las candidaturas. Es una verdad a medias. Hasta ahora, en los casos recientes, salvo en 2017 el PJ fue parte de los frentes que se armaron para competir electoralmente y las listas las armó Cristina Kirchner sin necesidad de contar con el instrumento. No hay duda que todo esto va más allá.
“Aquí se conforma una idea que implica tomar el Partido Justicialista bonaerense con el fin de quedarse con el legado y la tradición que eso conlleva. Y es para terminar con la dicotomía donde kirchnerismo y peronismo son cosas separadas. De esta manera creen saldar esa situación para avanzar en algo nuevo que no necesariamente sea peronismo”, sostiene a este medio un dirigente con amplia formación y experiencia en el conurbano. No fue intendente pero muchos lo convocan para que los asista en formación doctrinaria. El problema es que, en muchos casos, dicho asesoramiento no se traduce en la acciones concretas.
Y agrega: “Con esta maniobra terminan de introducir el germen de lo que en otros años llamaron el socialismo nacional, que ahora se hizo viral para convertirse en pandemia dentro del movimiento tal cual lo pensó Perón. Y como nos decía, nosotros no fuimos capaces de crear nuestros propios anticuerpos”.
Esta mirada, proveniente de alguien que supo formarse en las cercanía de organizaciones como Guardia de Hierro, liderada por el ya fallecido Alejandro Alvarez, no descree que pueda haber una desembocadura en otras latitudes. Claro que existe un elemento esencial. La nuevas generaciones que ingresan a la política carecen de elementos necesarios para formarse en esas ideas y son bombardeados por quienes sostienen que el trasvasamiento generacional lo han representado Néstor Kirchner y Cristina De Kirchner como herederos del legado de Perón. En ese sentido, habrá que reconocer que la batalla cultural, por ahora, es ampliamente ganada por el kirchnerismo.
Un rápido panorama por el conurbano permite observar que aquellos dirigentes que han tenido formación en el peronismo no abundan con tanta claridad. Y si los hay, muchos por cuestiones coyunturales no están dispuestos a dar batalla. El problema no es hoy. Sino lo que viene. Van por ellos. Y la única moneda de cambio que tienen es, por ahora, la eliminación de la cláusula para habilitarles un mandato más a los intendentes, pero no solo a ellos. Hay mucha preocupación entre legisladores y concejales porque varios ya se despedirán este año. Como se expresó en notas anteriores, en política no se cobra con “cheques diferidos, se cobra en efectivo”.
El actual titular del PJ bonaerense es Gustavo Menéndez. El acuerdo es que durante este 2021 se haga el traspaso para que Fernando Gray asuma hasta fin de año. Menendez, intendente de Merlo nació en cuna peronista. Su madre fue una militante de las que ya no se encuentran con facilidad. Para él, sin dudas, y su formación desde pequeño, el peronismo y su doctrina es una forma de vida.
Lo mismo le debe pasar al Intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta. En sus tiempos de inicio en la militancia cuando Morón era un distrito amplio pudo ver de cerca el accionar de dirigentes que estaban y estarán siempre en las antípodas de los defensores hoy de Agustín Tosco. “Juanchi” vio no sólo como se movía su jefe político de aquellos tiempos Horacio Román sino dirigentes cercanos a Juan Carlos Rousellot como el siempre duro Luis Orbizo, tan sólo por mencionar a uno de ellos. Allí se formó. Y hoy, siendo uno de los más cercanos a Alberto Fernández, observa cómo el presidente allana el camino para la toma del PJ.
Son sólo dos ejemplos de muchos otros. El mismo caso podría ser el de Martín Insaurralde quien proviene en sus tiempos de formación del duhaldismo nacido en Lomas de Zamora. Tiempos del “Negro”Bujía, Hugo Toledo y Jorge Rossi. Hoy se ha convertido en una de las principales espadas de la maniobra de Máximo Kirchner que comenzó a gestarse en un asado el año pasado en su terruño, donde el propio jefe de los diputados del Frente de Todos apuntó de manera directa a Fernando Gray, Juanchi Zabaleta y Gustavo Menéndez. Con estos últimos dos, limó asperezas horas antes del cierre del 2020 en un encuentro que organizó Mario Ishii en José C. Paz.
¿El camino hacia marzo está allanado? Ese es el mes donde entronizarán a Alberto Fernández como titular del PJ nacional. En esos mismos tiempos sueñan con el desembarco de Máximo Kirchner. Aseguran, conocedores de la interna como pocos, que no está dicha la última palabra. Y evocan viejos congresos del peronismo donde no faltaron quienes encendieran una chispa. El resto, se vuelve impredecible. Se sabe cómo empieza. Pero no como termina.