Por Sebastián Dumont
En psicólogo social francés del siglo XIX, en su trabajo “Psicología de masas”, de 1895 aseveró algo tan actual que preocupa. El mundo ha evolucionado en tantas aristas, sin embargo, en el comportamiento de las sociedades, anidan características tan parecidas más de un siglo después. “Las masas nunca han sentido sed por la verdad. Se alejan de los hechos que no les gusta y adoran los errores que les enamoran. Quien sepa engañarlas será fácilmente su dueño; quien intente desengañarlas, será siempre su víctima”, escribió Le Bon en 1895.
En la argentina de hoy, aquello asoma con cierta claridad. Sin ir más lejos, la problemática con el servido de energía eléctrica tras la intensa ola de calor de marzo, desnudó la estructura de un inconveniente medular del que la sociedad política no se anima a sincerar en su totalidad. Por aquella razón que, dar malas noticias, dolorosas, no repercute da votos, los quita. Mejor tirar la pelota hacia adelante. El Ministro de Economía, Sergio Massa, acaba de sacar otro conejo de la galera para frenar la suba de los dólares financieros y poder seguir financiando al tesoro en un año electoral. El problema de fondo de hoy – complicado además por factores exógenos como la sequía- , se traslada para más adelante.
Pero cada uno de estas acciones no se podrían hacer si no existiera la complicidad de una sociedad que tampoco quiere ver. O enterarse. ¿Por qué hacer el esfuerzo hoy, si mañana no sé que va a pasar? Suelen preguntarse muchos jóvenes en la actualidad, cuyos objetivos son vivir el presente sin pensar demasiado en el futuro. Rasgos inocultables de las “sociedad líquidas”, como lo definió Zygmunt Bauman
Es interesante como estos comportamientos de masas se moldean en un país en cuyo ADN está arraigado el peronismo. Dejemos para otro momento la discusión sobre si el peronismo es o no, un bien o un mal para la Argentina. Existe. Eva Perón alguna vez diferenció el término de masa con el de pueblo al decir que “La masa casi siempre se expresa en forma violenta. Por ejemplo: la revolución francesa y la revolución rusa de 1917, que luego estudiaremos. La masa está formada por los explotados. La masa no tiene conciencia de su unidad. Por eso es dominada fácilmente por los explotadores. Y eso se explica muy fácilmente. Si tuviera conciencia de su unidad, de su personalidad social y de su organización social, una minoría no podría haber explotado a la masa, como han sido explotados y lo siguen siendo muchos pueblos en la humanidad”.
Según esta mirada de la “abanderada de los humildes”, la masa puede explotar de manera violenta. Y aquí es donde surge una vez más un interrogante que recorre las mesas políticas y empresariales por estos tiempos. Ante tamaña situación del país, ¿Por qué no explota?
Una respuesta a ese interrogante la intentamos dar en una nota publicada en este medio en setiembre del año pasado. “Desde hace un tiempo importante, una pregunta sobrevuela distintos ámbitos: ¿Cuándo explota esta situación compleja que vive la Argentina? Quizá sea tiempo de dejar atrás el interrogante y pensar que esto ya ocurrió de una manera distinta a la que conocimos como la principal crisis desatada desde diciembre de 2001. Suele esperarse para certificar que la complejidad social y económica ha llegado a su límite, reacciones violentas como los saqueos generalizados. Pero no. El hecho que no sucedan no son sinónimo hoy de la degradación a la que ha arribado la Argentina en todas sus capas sociales. Es en este nuevo contexto que deben moverse los aspirantes a conducir los destinos nacionales, provinciales y locales. Y es un desafío adicional para los sindicatos tradicionales.
El avance del calendario electoral obliga a definiciones. Las internas predominan las grandes coaliciones que van camino a nuevas morfologías. Inexorablemente. Se avecina una elección inédita en la Argentina donde, por momentos, la clase política parece sólo regirse por su propio prisma. De allí que la irrupción, cada vez más contundente de Javier Milei, conlleve el riesgo de lecturas equivocadas.
Puede convertirse en algo peligroso y al mismo tiempo desencadenar una serie de sorpresas electorales en los distritos. Minimizar la irrupción del economista a plantear a quién le saca mas o menos votos, o si es funcional a tal o cual partido, es un grave yerro. Lo primero que capta Milei es el descontento con la falta de respuestas, en general, de una dirigencia que no ha estado a la altura de la circunstancias. Que solo se mira y habla a sí misma en un teatro donde el público ya no está. Eso no significa que quien vaya a asumir en diciembre sea la solución de la Argentina. Serán cosas diferentes. Una es votar otra es el poder administrar o poder administrado. Mientras la política crea que es dueña influir en el comportamiento de la gente, estarán cada vez más lejos de su propio objetivo.
Por si hiciera falta certificar estas aseveraciones, asistimos a nuevas muestras. No bien aterrizó de su viaje por Panamá, trascendió que Sergio Massa, enojado, le recriminó al Presidente Alberto Fernández operaciones en los medios de comunicación para desgastarlo. No hizo falta que el propio Massa certificara la información. Se encargó su esposa y titula de AYSA, Malena Galmarini. “Las críticas salen de la Casa Rosada dijo”. ¿Massa está preparando el terreno para irse? Nadie lo confirma, pero tampoco se desmiente demasiado. En las cercanías del Ministro de Economía reconocían el apoyo de los bancos a las medidas lanzadas en el día de hoy que tuvieron efecto inmediato en el tipo de cambio.
Alberto Fernández se encarga de hacerle bullying a Cristina y La Cámpora. Si hasta parece disfrutarlo. No se baja de ninguna candidatura, lo sube al ring a Daniel Scioli como su muleto. Mientras que los integrantes de la organización vinculada a Cristina Kirchner todavía sueñan con elevarlo a Axel Kicillof para que sea candidato a presidente, y Cristina Kirchner senadora. Se agita esa opción aún, aunque se busque por todos los medios desmentirlo.
Un intendente del conurbano, que apoya la reelección de Axel Kicillof, lo define con mucha claridad. “Axel no tiene que ir atrás de Máximo Kirchner si ya tiene más de 40 intendentes que apoyan su nueva postulación”. La batalla está planteada en esos términos. Mientras tanto, un hombre de estrecha confianza del hijo de la vicepresidente, el numero 2 del PAMI, Martín Rodriguez, de Hurlingham tendrá que dar pronto explicaciones en la justicia por el supuesto desvío de 30 millones de pesos para centros del jubilados de dudosa existencia. La Jueza Federal de Morón, Alicia Vence aceleró las medidas de prueba.
En Cambiemos, Patricia Bullirch se apresta a definir quién será su candidato a gobernador. En los territorios ya reconocen que la puja entre ella y Horacio Rodriguez Larreta es tan pareja que no hay margen para evitar ninguna interna. Los intendentes se preocupan. Están a las puertas de tener que enfrentar internas propias en los distritos. A nadie le alcanza con el efecto Milei para quedarse tranquilos. Es más, si como se especula, el economista cierra un acuerdo con Fernando Burlando en la provincia, el escenario se alterará de tal forma que, hoy, a fines de marzo, está nota perderá vigencia con suma velocidad. Estamos ante la dinámica de lo impensado.
