Sucesos extraños atraviesan la política bonaerense. La explosión de la política tradicional que significó la llegada de Javier Milei al gobierno en 2023 exige continuar el reseteo de los métodos y categorías de análisis habituales. La confirmación esta semana de Cristina Kirchner sobre su candidatura a diputada por la tercera sección electoral el 7 de septiembre forma parte de esa nueva lógica. Es la primera vez que la ex presidente anticipa tanto su jugada. El momento del cierre de las listas es el 19 de julio, y ella ya dijo que se postulará. ¿Por qué el apuro? Con diversas razones pueden tejerse un sinfín de especulaciones. Desde la presión a la Corte para que se abstenga de ratificar la condena hasta la puja misma con el gobernador Axel Kicillof. Como se ha dicho en otras ocasiones en este espacio, el kirchnerismo hace años ha dejado de ser una expresión nacional para ser una manifestación política sólo del Gran Buenos Aires. Con su determinación, Cristina Kirchner no hace más que confirmar esa máxima. El beneplácito de la Libertad Avanza y los tejidos colaterales que rodean las características de una contienda atípica.
En las mesas bonaerenses se analiza la movida de Cristina Kirchner desde todas las ópticas posibles. En primer lugar sus reiteradas críticas al desdoblamiento. Cerca del gobernador aseguraban, ya desde el mes de abril, que era la manera de ella para dejar en claro que si el resultado es negativo en septiembre y octubre la responsabilidad recaería exclusivamente en el gobernador y su estrategia. “Yo avise”, podrá decir CFK. Ahora, si gana el peronismo la provincia de Buenos Aires, el gobernador se adjudicaría todo el mérito según está lógica. ¿Acaso CFK se convenció que es muy difícil ganar? Es una posibilidad porque el escenario podría atomizarse de una manera excepcional. Es más, ante una derrota global en la provincia, ella podría emerger como la única ganadora al encabezar la lista de diputados por la tercera sección electoral.
Elección inédita.
Será la primera vez en la historia de la provincia de Buenos Aires que una elección legislativa se vota desdoblada. Y eso la convierte en una contienda cuya lectura de los resultados será inusual y antojadiza. En definitiva, serán ocho elecciones distintas. Una por cada sección electoral en la que está dividida políticamente la provincia. El conurbano bonaerense integra la primera y la tercera sección. El interior concentra la segunda, cuarta, quinta y sexta mientras que La Plata es la octava sección. Cada una elige diputados o senadores de manera alternada cada dos años.
Cristina Kirchner se presentará como cabeza de lista por la tercera sección electoral que engloba distritos como La Matanza, Avellaneda, Lomas de Zamora, Lanús, Almirante Brown, Quilmes y Esteban Echeverría entre otros, y su rostro estará en las boletas sólo de esos municipios. Podría ganar, sumar votos y escaños para la próxima legislatura, pero su victoria sería parcial. Lo mismo sucede en la primera sección donde se agrupan distritos como Merlo, Malvinas Argentinas, San Martín, Tigre, Escobar, Pilar, José C. Paz, San Miguel, Morón e Ituzaingó.
Por tales razones, en una lista de unidad quien la encabece será clave. En algún momento, se arrojó el nombre de Sergio Massa, pero desde el mismo Frente Renovador lo descartaron al momento. Lo ven con más posibilidades de ser parte de la lista de diputados nacionales en octubre que en septiembre encabezando la nómina seccional. En las cercanías del ex candidato a Presidente aseguraron que “Las elecciones se van a nacionalizar y polarizar. Si vamos en unidad, habría que pensar cómo construir los mejores acuerdos en cada sección. Y no solo nuestra unidad, sino construir una estrategia viable. En cambio, si vamos divididos, tenemos que evaluar todas las alternativas, y de ahí que varios le piden a Sergio que vaya de candidato a diputado en octubre”. Con ese mismo prisma de análisis, entienden en el Frente Renovador que la decisión de Cristina Kirchner lo único que hace es complicarle el cierre a Axel Kicillof, fundamentalmente entre los “revolucionarios” de los distritos de la tercera como La Matanza, Avellaneda, Almirante Brown o Florencio Varela. El Frente Renovador se reunió este miércoles en Chascomús para analizar los pasos a seguir. Supongamos que se confirmara una candidatura seccional de Massa– las chances son muy escasas – y gana la elección, el día después el peronismo tiene dos ganadores visibles: Massa y Cristina Kirchner. ¿Donde quedaría Kicillof? Incógnitas. Si se da el resultado contrario, el responsable es Kicillof por haber desdoblado, al menos así lo entiende Cristina Kirchner.
Sobre esa teoría se basan aquellos que sostienen que el único camino para poder sostener en pie su proyecto presidencial es que Kicillof enfrente a Cristina y a Massa. Una fractura de esas características le abriría la puerta a un triunfo de la Libertad Avanza en unidad con el PRO. Hasta podría cumplirse la profecía – siempre muy afectos los libertarios a las mismas – de Daniel Parisini, el “Gordo Dan” quien aseguró que a CFK le “gana caminando”. Siempre que encabece él, claro, la lista en la populosa tercera sección.
De todas maneras, un detalle no menor. La tercera sección electoral es más proclive a votar al peronismo que la primera. Es decir, Cristina puede estar viendo que ella emerge como única victoriosa en un contexto de derrota generalizada. Al final del camino, para una u otra fuerza política, la ganancia o la pérdida se verá en cuantos legisladores suma y cuántos resta en relación a los que tienen hoy. Y en ese punto, la Libertad Avanza será quien más sume y menos pierda. También estarán quienes sumen los votos de todas las secciones electorales de cada fuerza política para decir quién ganó y quién perdió. A la postre, será muy complejo darle nitidez política al resultado electoral. Habrá tantas interpretaciones como conveniencias de quienes las realicen. Distinto será en octubre cuando se voten diputados nacionales y allí las cosas serán más claras.
Esta es la gran encerrona en la que se encuentra el gobernador. Si no juega fuerte con nitidez, la posible derrota la pagará muy cara y la hipotética victoria no será de su exclusiva propiedad. De allí que surjan con cada vez más fuerza los que aseguran que jugar ahora y perder no es tan grave como no hacerlo. “Se podría perder contra la Libertad Avanza pero si le ganamos a Cristina Kirchner, la corremos de la cancha definitivamente”, le susurran al oído al gobernador. O al revés, es Kicillof quien convence a los suyos de esa alternativa.
En el campamento libertario celebran la polarización con Cristina Kirchner. Es, en definitiva, lo que siempre esperaron y para lo que trabajaron. Ya lo dijo días atrás un intendente de lo que elaboran la construcción de un camino intermedio si Kicillof no rompe con Cristina Kirchner. “Nosotros no somos funcionales al gobierno, la permanencia de Cristina y el status quo es lo realmente funcional a la Casa Rosada”. Otro dirigente muy experimentado recuerda el caso de Carlos Menem con los Kirchner para graficar este momento, cuando el ex presidente “terminó siendo empleado de ellos, funcional a la estrategia del kirchnerismo que lo fue llevando con la guillotina de la Corte”. Como toda maniobra, puede fallar o sus resultados pueden mutar con el tiempo. El caso más reciente es el de Milei, ya que su candidatura nació de la mano de Massa para dividir a Cambiemos y fue el verdugo del ex Ministro de Economía.
Libertarios, el PRO y los radicales, una unidad dolorosa.
La unidad entre la Libertad Avanza y el PRO quedó encaminada luego de las reuniones entre dirigentes de ambos sectores, siempre bajo la tutela de Karina Milei. Ahora, cabe preguntarse dónde se ubicará el radicalismo que, en términos reales, tiene mayor representación territorial que el PRO si se mide toda la provincia y no sólo el conurbano. Aquí surge un punto interesante a mirar sobre la realidad de lo que tiene cada uno para aportar o “facturar”.
Cuestionada en la justicia la última elección partidaria del radicalismo, el sector que responde al Senador Maximiliano Abad cuenta para sí con los intendentes de Balcarce, Lezama, Monte, General Belgrano, Tres Lomas, Rojas, Arenales, Maipú y General Lavalle. Son los municipios que tienen para ofrecer un acuerdo con la Casa Rosada. ¿Es mucho? Parece en cantidad, pero muy poco en volumen electoral. Hay intendentes radicales que ya dijeron que no irán bajo ningún concepto a sumarse a las Fuerzas del Cielo. Ellos son Tandil, Rauch, General Madariaga, General Lamadrid, Gonzalez Chavez, Linconl, Ameghino, General Viamonte y Ayacucho. En tanto, en la duda están Lobería, Magdalena, Trenque Lauquen, Adolfo Alsina, Saladillo, General Alvear, San Cayetano, Pellegrini y Coronel Dorrego. Ahora bien, la representación en votos es muy débil para sentarse a negociar. Si se tienen en cuenta los resultados de las últimas elecciones en 2023, todos estos municipios sumaron para la categoría de Presidente poco más de 388 mil votos. Conclusión: Si alguien le pudiera garantizar a la Casa Rosada el acompañamiento de todos los municipios gobernados por el radicalismo en la provincia, le estaría otorgando la hipotética posibilidad de los mismos votos que podría aportar un municipio como Moreno o Florencio Varela del conurbano. Esto se analiza con mucha atención en la Casa Rosada para evitar pagar muy caro lo que vale mucho menos.
Los tiempos y la manera de ver la política en el gobierno de Javier Milei han llevado, al mismo tiempo, a relativizar el peso de la territorialidad. Por eso no extraña que asomen nombres insólitos para competir con Cristina Kirchner o con quien sea. Se guían por otros vectores. Creen estar gestando un tiempo nuevo que sólo muy pocos logran comprender. La realidad suele ser más compleja y dura que el resultado de ciertos experimentos.
