Por Sebastián Dumont (Desde Pinamar)
La temporada de rosca en la costa aún no muestra el volumen de otros tiempos, sobre todo en años electorales. Recorrer la ruta 2 en las primeras horas del 2023 da, apenas, una pista de ciertos movimientos e intentos de instalación con la cartelería contratada y los famosos pasacalles que se ubican en los alambrados de los campos o debajo de los clásicos carteles. O los que cuelgan de los puentes. Pero no hay mucha creatividad. Viejos eslóganes que no entusiasman a nadie. Por lo demás, recién asoma la segunda quincena de enero como la fecha para los movimientos más articulados. Entre ellos, los intendentes del conurbano se preparan para seguir su estado asambleario en el Partido de la Costa, un clásico. Los radicales tendrán a Mar del Plata como punto de encuentro y los presidenciables de Juntos por el Cambio harán sus recorridas por los puntos habituales del frente marítimo.
En Pinamar ya no trascienden los asados de otros tiempos. El nuevo reducto de la política pasó a ser el barrio cerrado “La herradura”, pero este año aún muestra tranquilidad. Un habitué del coqueto barrio es el diputado Cristian Ritondo que aspira a ser gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Días atrás tuvo gestos elogiosos para con el intendente local Martín Yezza, quien comenzó el último año de su segundo mandato como siempre para esta fecha. Se lo ve en inauguraciones, recorridas y hasta jugando al fútbol con influencers tales como Nati Jota, vistiendo la camiseta de Estudiantes de La Plata. Mientras tanto, en su cuenta de Twitter recomienda a los turistas que bajen la aplicación “Ojos en Alerta” – instrumento creado en el distrito de San Miguel – para denunciar a los “trapitos”. Dice que lleva detenidos 15 hasta este miércoles. El operativo de seguridad de la policía bonaerense se muestra sólido y con mucha presencia en las calles. Los robos se dan en otro ámbito. En ciertas cartas de restaurantes o quienes quieren salvar en dos meses un año. En general, luego del 30 de diciembre los precios se acomodaron 30 por ciento arriba en todo.
El Ministro de Economía Sergio Massa, un habitué de estas playas, se concentra en la agenda casi presidencial que tiene. Quizá alguna escapada de fin de semana, pero ya no será como antes cuando desde Pinamar establecía su base de acción política. Sí marcó presencia en la ruta con su nombre el diputado provincial Rubén Eslaiman con dos leyendas. La primera es la que se refiere al propio Massa y al Frente Renovador. Pero, sugestivamente, pegado a eso colocaron carteles con la leyenda “Axel gobernador 2023”.
¿El Frente Renovador pide la reelección de Kicillof en la provincia? Es interesante porque pone aún más ruido en todo aquello que se especula por estas horas. El movimiento para sacar hacia arriba al gobernador y hacerlo candidato presidencial no es nuevo. Lo hemos vaticinado hace mucho tiempo en este mismo espacio. Pero ahora empieza tener más volumen político y expresiones públicas. El senador provincial y ex intendente de San Antonio de Padua Francisco “Paco” Durañona pidió una Paso presidencial entre Sergio Massa y el gobernador. Los intendentes se mantienen en tensión con Kicillof desde antes que asuma en 2019 cuando en una reunión en José C. Paz por poco no los trato de ladrones a todos. Si pudieran lograr que no reelija lo harían. El tema es si pueden hacerlo, o si, en definitiva quieren. El elemento aglutinador es Martín Insaurralde, pero siendo jefe de gabinete tendrá que esperar otras definiciones para avanzar en su plan. No necesariamente su proyecto sea ser si o si el mandatario que asuma en 2023 el sillón de Dardo Rocha. El lomense puede consolidarse como la llave de la gobernabilidad, siga Kicillof o venga un gobernador de otro signo político. Por ejemplo, Diego Santilli.
Ese rol ya lo llevó adelante en los dos últimos años de mandato de María Eugenia Vidal cuando ocupó la tarea que antes había desarrollado Sergio Massa. Quizá haya que ir a buscar en aquellos tiempos las razones del pedido del Frente Renovador para que Kicillof sea el candidato. El massismo tendría otra carta para negociar su apoyo. Ya hay quienes piensan en Malena Galmarini para acompañar en la fórmula. Se verá. Por ahora puras especulaciones.
La liga de intendentes, que se reunirá antes que termine el mes de enero en el partido de la Costa, necesita un candidato presidencial que no los hunda. Si al menos no los puede elevar, que no los empuje hacia abajo. La primera opción es Sergio Massa. Ya hay encuestas que muestran eso, sin Cristina Kirchner en el escenario. Por las dudas, se prepara Daniel Scioli para jugar el partido. La asunción de Lula en Brasil le permitió al embajador tener visibilidad al final del 2022 y luego de reunirse con el flamante ministro de Economía brasileño y el nuevo Canciller de ese país, Scioli estará en Mar del Plata, su lugar en el mundo bonaerense. Su hermano Nicolas, en la noche del 1 de enero subió a sus redes sociales un sugestivo mensaje: “DOS mil 23” con fondo naranja. Traducido: Daniel Osvaldo Scioli 2023. Unos minutos antes, Andrés Larroque hizo algo parecido en su cuenta de Twitter y escribió: “Cristina 2023”.
Nadie duda de la influencia de Cristina en las definiciones bonaerenses. Su radio de acción ya parece haberse acotado a sólo esa geografía. Los gobernadores no la necesitan ni a ella y mucho menos a Alberto Fernández para continuar mandatado en sus provincias. Por eso no queda casi ninguno que no haya desdoblado las elecciones para despegarse de la nacional. Todo es muy evidente. En el pedido de juicio político a la Corte Suprema, los mandatarios de las provincias que menos necesitan de los fondos nacionales se desmarcaron del Presidente. Y, otro detalle interesante, Mariano Arcioni, de Chubut, que responde a Sergio tampoco firmó.
La argumentación de los vínculos de los cortesanos, sobre todo de Horacio Rossatti con funcionario del gobierno de la ciudad, han abierto otra caza de brujas. ¿Y si es cierto, como dice el diputado K Rodolfo Tailhade, que las filtraciones de los chats en fuego amigo en el Pro? Quizá en Cumelén el tema se haya abordado.
Es un terreno demasiado resbaladizo caminar por los sótanos de la política donde las operaciones cruzadas se multiplican. Demasiados nexos que unen a quienes buscan mostrarse diferentes. El espionaje de adversarios políticos es muy tentador y está a él alcance la mano.
Uno de esas razones es la que habría elevado aún más el enojo de Cristina Kirchner con Alberto Fernández. La llegada como asesor a la presidencia del ex jefe de gabinete de Cristina Kirchner, Juan Manuel Abal Medina no le cayó bien. Y nada tiene que ver con su militancia en el Movimiento Evita. Detrás de ello, la vicepresidente ve a ciertos personajes a los cuales relaciona, aún hoy, con sus desgracias judiciales. La filtración de los chats recientes lo ha potenciado. Tema para una próxima entrega en un verano que recién arranca, como el año electoral.