Por Sebastián Dumont – periodista
Conocer detalles de ciertos movimientos que se produjeron puertas adentro del Frente de Todos en las últimas semanas llevan a concluir que Alberto Fernández, quizá tarde, se cansó de los intentos por jubilarlo antes de tiempo. Con esa idea se fueron los asistentes a la reunión del martes por la noche en la Quinta de Olivos que ofició de “contra cumbre” con la efectuada la semana pasada en el distrito de Merlo. Si aquella tuvo valor por las ausencias, está la tuvo por las presencias. Pero, más allá de eso, la tensión será difícil de disimular hasta el 24 de junio cuando cierre el tiempo de la presentación de las candidaturas. El presidente le garantizó a los presentes que habrá PASO para los que quieran competir, lo que sonó como una expresión para sí mismo. Aunque en determinados distritos el instrumento será decisivo. Mientras tanto, Axel Kicillof sigue los pasos de Felipe Solá y siente haber triunfado en evitar la idea que le llevaron para ser candidato a presidente.
En cualquiera de los casos, la política se muestra una vez más hablándose así misma. En un circo sin público interesado en escucharla. No en vano, crece la única opción disruptiva que apareció con fuerza y es la de Javier Milei. Hay distritos donde los candidatos locales del Frente de Todos se ilusionan porque ya mide 20 puntos el libertario y eso complica mucho a Juntos por el Cambio. Presurosos, los experimentados alcaldes peronistas se muestran dispuestos a ir en auxilio de los armadores de Milei. Habitual comportamiento de ciertos dirigentes de ir en rescate de los ganadores o, en este caso, posibles desestabilizadores del statu quo.
En referencia a la reunión de Olivos, convocada por Alberto Fernández vía los llamados telefónicos de Julio Vitobello, sirvió para “medírsela”. A ver quien convocaba mejor. Si el presidente del PJ nacional y Presidente de la Nación, o el titular del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, de quien sostienen cada vez con mayor probabilidad que su futuro político inmediato estaría en Santa Cruz para reemplazar a su tía Alicia.
“ Buen asado” dijeron los presentes en el Quincho de Olivos donde se destacó una vez más que el único de saco y corbata fue Sergio Massa, ocupado de la gestión diaria de equilibrar los números y también las tensiones entre Alberto y Cristina. El último episodio fue la novela Wado De Pedro, donde ofició de intermediario entre ambos cuando el presidente tenía todo listo para eyectarlo del cargo. Si hasta tenía pensado reemplazante para el mercedino al que, extrañamente en La Cámpora, no le facturan su cercanía con la familia Mahiques, apellido que le da urticaria a la vicepresidente. Tampoco parece que les molesta mucho que el principal impulsor de la candidatura de Wado sea Luis Barrionuevo que a sus interlocutores les asegura que habrá entre 13 y 14 gobernadores alineados con el Ministro del Interior.
Alberto Fernández les dijo a los presentes que él va a garantizar las PASO y en el caso que defina ser candidato no tiene problemas en que se presente otro. La mera afirmación esconde la propia debilidad de no haber llegado hasta aquí con el consenso necesario para que nadie discuta su reelección. También es una muestra de debacle de Cristina Kirchner que ya no podrá imponer con un tuit un fórmula como en el 2019. Muchos de los presentes miran a Sergio Massa como el candidato posible. Sin olvidarse de Daniel Scioli, que ya no debería sorprender su capacidad de resilencia.
Garantizar elecciones primarias no es un tema menor. Sobre todo en los distritos. Hay casos puntuales donde asoman como imprescindibles. Algunos ejemplos en el conurbano hoy son Tigre -interesante ida y vuelta entre Zamora y Massa por el tema fondos para la comuna- , Hurlingham, quizá Esteban Echeverría y, por qué no La Matanza si es que el Movimiento Evita avanza con la candidatura de Patricia Cubría, la mujer de Emilio Pérsico. El 17 de marzo lanzarán su propio partido en el estadio de San Lorenzo y se llamará La Patria de los Comunes, según reveló el periodista Andrés Klipphan en Infobae.
El gobernador Axel Kicillof se siente más aliviado. Atrás parecen haber quedado las intenciones de ascenderlo a candidato presidencial bajo el argumento de ser quien mejor retiene los votos de Cristina. Un razonamiento extraño, porque donde más le conviene retener los apoyos a la Vice es en la provincia de Buenos Aires. Al parecer, “La Jefa” ya lo tranquilizó que no habrá ningún pedido extraño. Por momentos, Kicillof creyó verse en el espejo de Felipe Solá, al que Eduardo Duhalde mandó a ofrecerle ser candidato a presidente en 2003 antes de elegir a Néstor Kirchner. En ese momento Solá pensó que era una trampa para sacarlo de la provincia y dijo que no. Si bien es contra fáctico, hubiera sido presidente.
Los números le dan, por ahora, la razón a Kicillof. Una reciente encuesta de Zubán Córdoba lo muestra arriba polarizando con Diego Santilli. Es cierto que el escenario provincial no puede desengancharse del nacional porque votan el mismo día. Pero es una foto de hoy válida.
La es también para Juntos por el Cambio, que lo que más acumula son internas. El nerviosismo va en aumento y los jefes territoriales buscan escaparle a esas tensiones al proponer un sistema “Y”. Ello significa que los postulantes distritales puedan engancharse en la PASO de más de una candidatura provincial o nacional. Para evitar definirse y, sobre todo, para no perder lo que suma hoy Patricia Bullrich, prolifera en apoyos populares pero no tanto a la hora de efectividades conducentes y estructuras. Allí Horacio Rodríguez Larreta le saca mucha ventaja. .¿Es suficiente? Nada lo será mientras la política encare un diálogo de sordos ante una sociedad que tiene la ñata contra el vidrio y, por ahora, la ve pasar.
