Por Sebastián Dumont – Periodista
Javier Milei es quien dio el puntapié inicial de la carrera al 2025. Y su hermana Karina lo sigue en las acciones. Es cuando el Presidente sostiene que si no lo aprueban las leyes esperará el resultado de las elecciones de medio tiempo del año próximo para avanzar en las reformas soñadas. Mientras esto expresa, ya envió el proyecto de la ley de bases recortada y los cambios fiscales para que sean tratados y aprobados por el congreso lo antes posible. La filosofía de la discusión latente es si el Presidente, como él mismo definió encarna un nuevo modelo, o es un fallo del mismo como creen los «políticos tradicionales”.
Aunque suene prematuro y el camino por delante aún está plagado de desafíos inmediatos y resultados inciertos, es lógico que el oficialismo ya esté pensando en cómo afrontar el próximo año electoral. Suena a alta confianza, pero lo tiene que hacer. En ese trabajo está su hermana Karina Milei quien el domingo pasado presentó La Libertad Avanza en la ciudad de Buenos Aires y lo hará en el resto del país. Las filas se han ido engrosando y ese crecimiento, en principio, es a expensas de Juntos por el Cambio, además de quienes puedan sumarse a su primera experiencia política.
La ciudad de Buenos Aires es un claro ejemplo de las derivaciones que la estrategia podría conllevar. Es la tierra gobernada por el PRO que bascula en apoyar a Milei y en mantener su identidad. La llegada de Mauricio Macri a la Presidencia del partido es un intento de preservar la autonomía y no ser subsumido por el oficialismo. Pero no será tarea sencilla, ya que tendrá dificultades para encontrar un discurso que seduzca a votantes sin pararse de un lado o del otro. Es la dinámica que le imprime Milei alejado de cualquier opción de centro. Y el centro desaparece en este contexto. Indefectiblemente, habrá un ordenamiento para el año que viene lo que no significa unidad de la oposición. Quizá estemos ante un escenario de atomización tal que sea pueda ser favorable para el oficialismo. Todo está por verse.
Cristina Kirchner aparece a cuenta gotas. Envió un mensaje a militantes del partido Nuevo Encuentro, creado por Martín Sabatella, ahora funcionario de Axel Kicillof en las oficinas del UNIREC (Organismo provincial que emula el ACUMAR nacional, pero tiene injerencia sobre la cuenca del Río Reconquista) Allí alertó sobre las consecuencias sociales de los efectos del aumento de las tarifas en los servicios públicos. Horas después, subió un video a sus redes sociales donde recibe a la actriz Rita Cortese y aprovecha para definir a este momento como muy oscuro.
El gobierno toma nota de estos efectos políticos posibles, de lo contrario no repararía en dichos como los de Luis Caputo sobre el aumento de las prepagas. Tendremos que acostumbrarnos a ver los hechos más que las palabras para saber hasta qué punto este es un gobierno dispuesto a hacer el trabajo sucio y pagar el costo político del mismo. ¿O estaremos ante la inédita experiencia, donde un gobierno que paga el costo durísimo de medidas antipáticas es reconocido por la sociedad por el hecho de haberse animado a “hacer lo que hay que hacer”?.
En ese contexto de atomización de la oposición en estado asambleario se inscribe la impronta que ha tomado Malena Galmarini como vocera del Frente Renovador. Mientras Sergio Massa presenta su libro este mes, se tejen muchas especulaciones al respecto. Una de ellas es cierto entendimiento con el gobierno a punto tal de mantener la independencia del sello partidario para el año próximo tener listas propias y no ser parte de lo que arme el peronismo o el PJ. ¿Se imaginan en este nivel de internas quien podría dominar la lapicera para las candidaturas? De ser así, vamos camino a muchas opciones de 10 o 15% cada una como mucho. Quizá con poco, el oficialismo pueda captar mayor representación en el Congreso entre propios y aliados.
Si se quiere, en ese mismo camino se encuentra un grupo de peronistas dispuestos a no “entregar” el PJ a La Cámpora o a Cristina Kirchner pero no descartan su propia herramienta para competir. Recuerdan el caso del año 1985 cuando la renovación peronista fue con otro sello mientras el PJ estaba en manos de Herminio Iglesias y compañía. Pues ahora, salvando todas las distancias, se puede abrir un camino parecido.
Es lo que construyen, por ejemplo, intendentes como Fernando Gray (Esteban Echeverría) , quien tiene la ventaja de cosechar masa crítica mucho antes de la debacle electoral del año pasado. Eso le da un plus para convertirse en una ventanilla a la que concurren los deseosos de vengar a los K. En ese espacio tributan dirigentes como el ex intendente de Hurlingham Juan Zabaleta y el sindicalista Facundo Moyano, quien los reunió el último lunes con las 62 organizaciones peronistas. Se multiplicaron los contactos con el gobernador de Córdoba Martín Llaryora. Como se dice en el barrio: todo ¿armoniosamente? y a su debido tiempo.
Otras miradas apuntan al gobernador Axel Kicillof como el dirigente mejor posicionado para capturar desde la provincia de Buenos Aires las mayores posibilidades de reordenamiento del espacio opositor. Las dudas más recurrentes están centradas en su real capacidad para poder tentar a sectores refractarios del “cristinismo”. El fantasma de ser un artífice de los deseos políticos de la ex Presidente siempre está. A pesar de haber esbozado la idea de “componer una nueva canción”.
Por debajo de esas alquimias, también ha comenzado a desatarse el camino para buscar la sucesión del propio Kicillof en la provincia de Buenos Aires. En la lista se anotan varios. Uno de los más visibles al momento parece ser el Ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis. Ex intendente de San Martín, y a cargo del mismo área con Alberto Fernández – ¿Será cierto que el ex Presidente llama a intendentes y dirigentes para contarles que piensa escribir un libro con detalles de los maltratos de Cristina Kirchner? – tiene claro que para ser gobernador bonaerense primero debe consolidarse como un dirigente reconocido nacionalmente. No es causal que, lejos de La Plata, le apunte a Milei en sus posteos o incluso acompañe las marchas de los despidos del Estado Nacional.
Por otra parte, ha empezado a crecer tímidamente, la idea de jefes comunales bonaerenses de explorar una vez más la posibilidad de modificar la ley que no les permiten más de dos mandatos como alcaldes. Aunque parezca irrealizable en términos de aceptación social, hay actores que afirman que, tarde o temprano, sucederá.
El combo social y los dueños de la comida.
Claro que ninguna de estas especulaciones será viable sin una cierta calma social que pueda atravesar el “mayor ajuste de la historia de la humanidad” como plantea Javier Milei con orgullo. Donde ya se siente esa sequía es en los barrios del conurbano bonaerense y en las peticiones a los alcaldes para que se entregue mayor asistencia social. Los fondos escasean en todos los órdenes y la lupa empieza a ponerse sobre determinados gastos que se hacen imprescindibles como los comedores escolares, que no son lo mismo que los comunitarios.
En la provincia de Buenos Aires existe, desde el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, el Servicio Alimentario Escolar, por el que se envían los fondos a los municipios para asistir esas necesidades. Durante el gobierno de María Eugenia Vidal se decidió descentralizar ese dinero y que lo manejen los intendentes y no los consejos escolares en cada comuna.
En la actualidad, la provincia destina para un distrito del Gran Buenos Aires $1.001,30 que incluye desayuno o merienda, y almuerzo en el comedor. A eso se le suma el plan Mesa bonaerense que es un cupo para que lleven productos a sus casas. Por cada mes, la provincia gasta y los municipios manejan 30.327 pesos por chico. Con un dato preocupante. Las escuelas se convirtieron, cada quince días, en centros de entrega de comida y no se dictan clases normalmente. Un enorme ahorro de logística para las empresas prestadoras de los servicios. Hay varias preguntas que la “casta” suele no responder en este y otros temas. Los dueños de la comida, ¿Quienes son? ¿Qué empresas manejan el negocio de los comedores escolares en la provincia de Buenos Aires? ¿Quienes están atrás? ¿Por qué hay chicos pobres que apenas comen y empresarios del rubro multimillonarios?
