Por Sebastián Dumont – Periodista
-¿Cuál es tu edad?
– “24 años”
-¿A quién vas a votar ?
– “A Javier Milei”
– ¿Por qué?
– “Tengo fue que el “chabón” va a sacar el país adelante. Hay jovenes que tienen que “recatar” laburo. Yo soy un tomador de birra – muestra una botella de cerveza – pero hay una banda de chicos que están perdidos en la droga”.
-¿Vos no te drogas?
-“Nooooo, fumo marihuana.. hay muchos chicos que están perdidos en la “merca”, la pasta base, las pastillas. ¿O no?
-¿Y por qué? ¿No tienen esperanza?
– No, por los transas. Hay que darle “masa” a los tranzas (vendedores de drogas en los barrios del GBA).
El diálogo se da en una encuesta en el conurbano bonaerense para ver quién está pensado votar la gente. El video con esta respuesta está cerca de alcanzar el medio millón de reproducciones en la red social TiK TOK (ver en pocas horas. Es un síntoma de estos tiempos. La cruda descripción que hace un joven que se gana la vida vendiendo medias todos los días, nos lleva a bucear sobre lo que está pasando en las últimas horas en la campaña electoral con la irrupción decidida de la iglesia católica y el retorno de Javier Milei al conurbano con caravanas al estilo de las que hacían Menem y Duhalde a finales de los años ´80.
La coyuntura y la dinámica en la que ha ingresado el país con vistas al 22 de octubre y tras el resultado de las elecciones primarias, han acercado a Sergio Massa con el Papa Francisco. No quiere decir que hayan limado diferencias en una relación de la que se ha escrito mucho y especulado más. Hay una cuestión concreta y es que el Ministro de Economía es de los pocos políticos argentinos que no tuvo ningún encuentro con el sumo pontífice. La geopolítica los ha alineado.
El viaje que hizo Sergio Massa a Brasil para entrevistarse con el Presidente Lula a finales de agosto, tuvo un capítulo, según fuentes inobjetables, religioso. El brasileño lo instó a Massa a tener que “ganar o ganar” las elecciones porque detrás de su victoria se acomodarían las piezas de la geopolítica regional que se miran, con mucho detenimiento, desde Roma. El presidente de Brasil cree que no deben haber más experiencias similares a las Jair Bolsonaro que puedan replicarse en la región y mucho menos en la Argentina. Es obvio que le apunta a Javier Milei por quién viene preguntando desde hace años según contó el embajador argentino en Brasilia Daniel Scioli. La relación entre Lula y el Papa Francisco es inmejorable. “Son carne y uña” describe un conocedor como pocos de los movimientos de la Iglesia Católica.
Tras ese viaje, casualidad o no, se activaron varias acciones. La más notoria fue la misa que realizaron esta semana el equipo de Curas de Villas y Barrios Populares de Buenos Aires, Gran Buenos Aires y otros puntos del país. Fue en desagravio y en honor al Papa Francisco luego de los comentarios de Javier Milei. ¿Cuándo los hizo? Hace mucho tiempo atrás. Pero ahora, los curas encontraron el momento para empezar a moverse. “Ellos arrancaron la campaña en serio”, reflexionó un hombre de la política que asistió el martes al oficio religioso. ¿Qué había dicho Javier Milei sobre Francisco? Lo definió como “representante del maligno en la Tierra y de ser un “jesuita que promueve el comunismo”.
Esos sectores de la Iglesia ven con preocupación la manera en que la figura de Javier Milei representa algo más que un fenómeno local o, en definitiva, el comienzo de un cambio cultural que también los incluye a ellos como referencia en donde hasta ahora lo eran. Observan en la conformación del entorno del libertario sectores vinculados a lo que ellos denominan “la casta militar” y a sectores más conservadores católicos. Ningún movimiento puede ser tildado de casual sin mirar el fondo y no tanto la forma. Lo que sucedió esta semana lo pone en escena.
Para más datos, acaba de llegar a la Argentina el periodista estadounidense Tucker Carlson, quien viene de batir el récord mundial de reproducciones en internet con la entrevista que le hizo a Donald Trump. Una semana después entrevistó al primer ministro de Hungría Viktor Orban. Y ahora lo hará con Javier Milei. “Make America Great Again”, tiene sus fieles en estas latitudes. Basta ver la gorra con la que se presentó en La Matanza Carolina Píparo, candidata a gobernadora de La Libertad Avanza. Se van disponiendo con claridad dos ejes bien determinados. La inflación no debería tapar el bosque.
La asistencia a la Villa 21-24 de actores de la política no pasó desapercibida. La misa presidida por el obispo Gustavo Carrara, vicario general de la arquidiócesis de Buenos Aires y el “Padre Pepe” fue escuchada, entre otros, por el Ministro de Defensa Jorge Taiana, y su par de Trabajo Kelly Olmos, los sindicalistas Pablo Moyano y Sergio Sassia (Unión Ferroviaria) y representantes de los movimientos sociales. Detalles interesantes como la asistencia del diputado Alejandro “Topo” Rodriguez, del bloque vinculado a Juan Schiaretti, pero cada vez más cercano a Massa. De hecho, fue uno de los que viajó a Brasil junto a Natalia De La Sota. También estuvo el ministro de Transporte de la provincia de Buenos Aires Jorge D´ Onofrio, representante de Massa en el gobierno de Axel Kicillof. Es más, los buenos oficios del ministro bonaerense habrían sido clave para movilizar fieles desde el conurbano.
En uno de los fragmentos del oficio religioso, José María Di Paola dijo que “La dirigencia social ha abandonado la agenda de los barrios que se relaciona con la seguridad, el empleo y la salud. Todos los líderes sociales, sin excepción, han desatendido estas cuestiones”. Y pidió que los candidatos “presenten propuestas a los residentes de estas villas y barrios que han sido marginados desde hace tiempo”. No es otra cosa que responder al diálogo del inicio de la nota. Jóvenes que desatendidos por la dirigencia tradicional ven la esperanza de salir de su situación en la figura de Javier Milei.
Desde este medio se lo viene advirtiendo hace tiempo. En el mes de abril de 2022 en una nota se publicó que “En la mayoría de los sondeos que le acercan su imagen viene creciendo sin pausa, al mismo tiempo que también registra un alza en la posible intención de voto si fuera candidato a Presidente en 2023. Lo que observan las consultoras de opinión no es muy difícil de constatarlo en la calle. En cada sitio al que concurre o visita despierta un interés más parecido al de una estrella de rock que a la de un político clásico. Si bien hace política, su principal activo es que lo sigan mirando como un disruptivo dentro de la actividad que ha perdido tanto prestigio, justamente, por la manera en la que se mueven los `políticos’. Y más adelante, una oración clave: “Si voy a la segunda vuelta, soy presidente”, acaba de lanzar el economista libertario. Para que eso pueda ser real, hay un elemento clave. Se trata de conquistar la provincia de Buenos Aires y, sobre todo, el Gran Buenos Aires”.
Ese operativo se ha relanzado esta semana con sendas caravanas en dos distritos clave: La Matanza y Merlo. Uno de la tercera sección electoral y otro, el más grande la primera sección. En ambos, salió segundo en las PASO y busca reforzar ese electorado y sumar nuevos. De todas maneras, la tarea no será sencilla porque ahora han comenzado a jugar de otra manera las estructuras que antes le fueron dóciles. Es más, en algunos casos los candidatos locales ya fueron informados que la ayuda de los aparatos tradicionales que tuvieron en Agosto ya no estarán. Y tendrán que rebuscárselas de otra manera. Algunos pueden más que otros. De hecho, en la caravana en Merlo, la columna más numerosa no fue de ese distrito sino de Moreno donde crecen las posibilidades de Andrea Vera y Ramón “Nene” Vera. Ellos tienen estructura y logística para poner en serios aprietos a Mariel Fernández.
En el massismo, buscan recuperar votos en el norte grande y no tanto en el Gran Buenos Aires. Los números que manejan les permiten abrigar con esperanza llegar a la segunda vuelta. En las encuestas que más confía Massa dicen que esta semana mejoró el ministro de economía y bajó un punto Javier Milei – 34 – 30 – 23 – son sus datos. Hay un estabilidad muy marcada en el electorado que dificulta la búsqueda de votos en otras “peceras”.
La movida de la Iglesia, la polarización deliberada entre Sergio Massa y Javier Milei y las cuestiones geopolíticas menos visibles para los ciudadanos preocupados por la vida cotidiana asientan una lógica sobre la discusión de fondo y qué mirada será la que prevalecerá en la definición, presuntamente en el balotaje: Si gana el anti peronismo o es más fuerte la anti derecha.