El próximo jueves 25 se van a cumplir veinte años de la llegada del kirchnerismo al poder nacional. Habrá movilización para recordarlo pero ya sin el principal ingrediente que era el pedido para que Cristina Kirchner sea candidata. Ella lo tuvo que reiterar por cuarta vez desde diciembre pasado. Y aún así, perduran aquellos que ensueñan un cambio de opinión en las horas finales a la conformación de las listas, que sucederá el 24 de junio. Por lo que se ve, a la vicepresidente le sienta bien hacer anuncios cuando promedia el mes de mayo. Hace cuatro años, vía twitter, informó la fórmula que encabezó Alberto Fernández en esas elecciones. La principal razón de su determinación, re confirmada ahora es, centralmente, el fracaso de aquella creación. Sin Cristina en ninguna boleta, se abren múltiples ventanas especulativas. Y surgen, al mismo tiempo, sus huérfanos territoriales, mayormente en el conurbano bonaerense.
“Ahora, es posible que el candidato termine siendo Axel Kicillof”, asegura un dirigente de La Cámpora parado en esa teoría desde el año pasado. Y agrega: “Aunque no quiera, si se lo pide Cristina Kirchner no va a tener manera de rechazarla”. Son tiempos donde el cuidado de las expresiones que se recogen es vital para no ingresar en el quirófano de las operaciones tan presentes por estas horas.
Detrás del deseo de Kicillof presidente está, desde hace mucho tiempo, Máximo Kirchner (Y Martín Insaurralde). Es más, desde el entorno del gobernador siempre aseguraron que tenían el compromiso de Cristina Kirchner de no pedirle ese salto a la arena nacional. Los propios movimientos internos de La Cámpora permiten entender algo más ciertas recientes acciones. La relación entre el presidente del PJ bonaerense y el ex secretario de la organización y Ministro de Desarrollo Social de la provincia, Andrés Larroque pasa por un mal momento. Por eso se comprenden las expresiones del “cuervo” pidiendo la candidatura de Cristina a presidente y de Axel a Gobernador. “El se imagina como el ministro político de Axel en el futuro”, agrega la misma fuente camporista que está desde el comienzo del grupo cuando era juvenil.
En esa misma linea, la lectura que se hace puertas adentro de despachos bonaerenses es que, en caso de retener Kicillof la provincia de Buenos Aires, el futuro de Máximo en el territorio estará muy acotado. “Si eso pasa, Máximo se tiene que volver a Santa Cruz”, afirman desde el núcleo duro camporista. A ello hay que sumarle un nuevo fantasma, adelantado por este medio hace varios meses atrás, y es la posibilidad que la Suprema Corte de Justicia falle con respecto a la legalidad de la presidencia de Máximo Kirchner en el PJ Bonaerense.
En aquel momento (ver: https://twitter.com/tomy2430/status/1636188986354855936?s=20 ) , a mediados de marzo, ya corría fuerte la versión que la Corte podía tomar una determinación así. Los casos de las elecciones en San Juan y Tucumán avivaron las tensiones e incluso le sirvieron a Cristina Kirchner para argumentar por qué sostiene que está proscripta. No vale la pena ahondar en esos detalles que sólo sirven para sostener un relato entre los propios. Evitar las urnas también es eludir la constatación de cuántos de los supuestos apoyos son reales. Ya lo entendieron Mauricio Macri y Alberto Fernández.
Los 20 años de kirchnerismo permiten recuperar la memoria de aquellos tiempos y tender semejanzas con este presente. Néstor Kirchner logró ser presidente en una elección atomizada. Vamos camino a un tablero similar, al menos en las PASO. Por eso es entendible el reclamo de Sergio Massa para que el Frente oficialista vaya con candidato único. En tanto, Juntos por el Cambio no podrá evitarlo y Javier Milei puede ser el más votado en términos individuales aunque eso no garantiza ganar la segunda (E o tercera vuelta (balotaje).
En un despacho del GBA esperaban ver hasta dónde podía instalarse el ministro del interior Eduardo De Pedro cuyo sobrenombre “Waldo” apareció en diversos paredones del conurbano. E incluso en las últimas horas subió a su avión a intendentes para que lo acompañen en actividades de gobierno por el interior del país.
Es donde radica la idea de Massa para llegar a ser presidente. Siempre y cuando pueda cerrar algunas cuestiones previas, caso ampliación de swap con China, adelantamiento del giro del FMI y acuerdo con el banco de los BRICS, entre otras cosas. Por ahora, el titular del palacio de hacienda procura mostrarse activo en la gestión. Pero también exhibe volumen político. Este miércoles recibió al reelecto gobernador de Salta Gustavo Saénz. Y consolida una lógica: gobernador que gana, al primero que visita es a Massa. Eso, en política, tiene una lectura. Nadie regala un foto porque sí. Creen en el quinto piso de Hacienda que un mano a mano con Javier Milei podría depositarlos en la Casa Rosada el 10 de diciembre.
El por entonces gobernador de Santa Cruz fue elegido por Eduardo Duhalde como candidato en 2003 luego de fracasar en opciones previas. Una de ellas es la que se asemeja a la realidad de Axel Kicillof. Fue el ofrecimiento que le hicieron a Felipe Solá, por entonces gobernador, para que sea candidato a presidente. “Felipe no la vio, pensó que la propuesta era para sacarlo de la provincia”, recuerda un barón del conurbano de ese entonces que estuvo en las negociaciones. La desconfianza que tenía Solá, es la misma que tiene ahora Kicillof. Aunque en el caso actual, con mayores certezas. Nadie le puede garantizar que si es candidato gane la presidencia, y por razones endebles, se sostiene que la provincia de Buenos Aires se gana igual en cualquier circunstancia. Habrá que verlo.
Es por eso que la idea de desdoblar la elección bonaerense, suena más a amenaza que a táctica real. Por una simple razón: Si el gobernador modifica el calendario, iría a una contienda sin candidatos nacionales en la boleta con el riesgo de polarizar con Juntos por el Cambio – hoy el que mejor mide es Diego Santilli – ya que la tan esperada ayuda de Javier Milei no sería tal. Los resultados provinciales hasta aquí han mostrado que la gente podría votar a Milei pero no de la misma forma a los candidatos que apoyan al economista. A no ser que, en las oficinas de La Plata, tengan encuestas que muestren que hoy el libertario le resta más al peronismo que a Juntos por el Cambio.
La salida de Cristina genera un panorama inédito para varios de los barones del conurbano acostumbrados a beneficiarse con el arrastre que tenía la ex presidente en las boletas. Es cierto que no todos están en la misma situación e incluso hay jefes comunales que miden mejor que sus posibles candidatos nacionales o provinciales. Pero varios de ellos pueden estar en problemas. Mucho más en distritos donde la figura de Cristina Kirchner es más fuerte: segundo y tercer cordón del gran Buenos Aires.
En esas tierras, asoman posibles sorpresas. Días atrás llegó una encuesta de Moreno donde los números de Milei sorprendían. Y allí, su referente local – Ramón Vera – es un experimentado dirigente con varias logísticas electorales sobre el hombro. Por eso, a desdoblar o no, se le suma ahora la ausencia de CFK para analizar caso por caso lo que podría suceder en las comunas hoy gobernadas por el Frente de Todos.
No es muy diferente lo que acontece en aquellos distritos de Juntos por el Cambio. La interna Patricia Bullrich y Larreta los erosiona. Pero no asoman muchas otras opciones. Además, está la interna para la gobernación. Por ahora, Bullrich no define a su candidato ¿Qué está esperando? ¿Por qué no se decide? Cualquiera sea el caso, su decisión dejará heridas. Pero como se dijo alguna vez: en la política no siempre se juega para ganar, sino para tener, y este será un nuevo ejemplo.
