El problema sigue siendo el mismo desde hace casi un año: cómo entrarle a Javier Milei. La forma de lesionarlo políticamente es la principal razón que mueve hoy las discusiones en los distintos sectores de la oposición que, al mismo tiempo, son el oficialismo en la provincia de Buenos Aires. Por ahora no encuentran la manera. Al contrario, en charlas privadas reconocen que al gobierno libertario las “cosas le están saliendo mejor de lo pensado” y que el objetivo es sellar los distritos. Blindar los territorios hasta que pase la tormenta y augurando que no se convierta en una inundación. Mientras tanto, abundan las desconfianzas internas y se elaboran mil alternativas para encontrar la mejor fórmula para armar el calendario electoral del 2025.
La libertad Avanza y el Frente Renovador volvió a coincidir. Al igual que en la campaña pre paso del 2023 cuando desde el massismo se sostuvo espiritualmente la experiencia libertaria en la provincia de Buenos Aires, ahora ambos espacios quieren derogar las primarias, las PASO también en la geografía bonaerense. El bloque de diputados y senadores libertarios presentaron un proyecto que va en la misma línea que la idea nacional que ya está en el congreso. Antes que ellos, la semana pasada, hizo lo mismo el diputado Ruben Eslaiman desde el Frente Renovador. De todas maneras, a proyectos similares, objetivos políticos distintos.
Para el Frente Renovador, la idea subyace en el marco de otra estrategia más profunda. Se trata de una reforma que incluya la elección de diputados y senadores provinciales con una lista única y ya no por secciones. La presencia de la boleta única en el orden nacional hace que se convierta en clave el candidato que encabece la lista para la legislatura provincial. En las mesas políticas aseguran que la idea que ronda en la cabeza de Sergio Massa es, si se produce la modificación, encabezar una de las listas. ¿Con qué objetivo? Nadie cree en serio que a Massa le interese ir a ocupar una silla en la legislatura bonaerense. Sería retornar a sus orígenes cuando fue el diputado más joven de la legislatura allá por el año 1999. No se trata de eso. Si Cristina Kirchner encabeza la lista de diputados nacionales en la provincia, Massa podría pulsear con ella para ver cuántos votos saca cada uno en el principal distrito. El tigrense sueña con la ventaja de los intendentes empujando esa lista porque es la que a ellos les convendría impulsar para, como se dijo líneas arriba, blindar sus comunas. Habladurías que no están tan lejanas a las elucubraciones que se dan por estas horas.
También se discute, y analiza Axel Kicillof, si es factible desdoblar las elecciones el año que viene. En caso de hacerlo, quien encabece las listas seccionales tendrá una visibilidad muy diferente. Es decir, más abono para la idea de votar como distrito único y eliminar las listas seccionales. Si bien es materia aún de discusión, otro aspecto que resuena es la eliminación de la norma para que los intendentes y legisladores no puedan ser reelectos más de una vez consecutiva. “Entre las leyes a discutir, se incluye en artículo que diga derogamos al ley… y listo”, sostiene un alcalde del Gran Buenos Aires que viene operando para que eso pase. Y no teme a los efectos que podría generar en la opinión pública una decisión de esas características. No olvidar que vivimos en los tiempos de la sociedad líquida.
Axel Kicillof y Massa tienen una charla pendiente. Sería inminente un encuentro entre ambos donde uno de los temas a tocar es la continuidad del Ministro de Transporte bonaerense Jorge D´Onofrio. El tema que lo puso en la mira judicial fue contado en este mismo espacio en el mes de julio. Y está relacionado a una red donde se perdonarían multas de tránsito a cambio de un canon que iría a parar a los bolsillos de los funcionarios del ministerio y de ciertos jueces de faltas provinciales. A eso se le sumó una denuncia por la contratos con empresas proveedoras de sistemas para las Verificaciones Técnicas Vehiculares que habrían ofertado aun antes que se produjeran las extensiones de las concesiones a quienes prestan el servicio. El alerta volvió a sonar en la mesa de Kicillof esta semana cuando escaló en diversos medios nacionales de amplia difusión.
En cualquiera de los casos, la justicia deberá resolver cuánto de cierto o no hay en las denuncias. Pero en La Plata evalúan otra cosa y es el daño político. Hasta ahora, le adjudican al gobernador decir que estos temas no lo lesionaban. Es más, hasta podría argumentar que los escándalos de sus funcionarios siempre están o estaban relacionados a quienes fueron puestos por La Cámpora o por Massa y no de su riñón. Y lo suele ejemplificar con el caso de Martín Insaurralde.
Desde hace tiempo, Massa dice que él ya no tiene nada que ver con Jorge D´onofrio y que está en condiciones de probar que le pidió a Kicillof su salida en varias oportunidades. Cerca del gobernador afirman que los tiempos se han ido acortando y podría haber novedades en el mes de diciembre con una reestructuración del gabinete provincial. ¿Nombres para ese ministerio? Circulan varios. Todos vinculados a Massa, quien no quiere perder el patrocinio del organismo.
Otro que se ilusiona con tallar en el próximo cambio ministerial es el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi. Su pelea con La Cámpora ha escalado a niveles de no retorno. Los intendentes que le responden a Máximo Kirchner se unieron para salir en cadena a criticarlo. Una vez más, el alcalde que fue vicepresidente del Instituto Patria se ilusiona con un desmarque más notorio de Kicillof con Cristina. Difícil que suceda, al menos por ahora. Preocupados, hay quienes ven fantasmas de lo que alguna vez fue el sueño del albertismo y este nunca llegó. Temen que pueda pasar lo mismo con Axel Kicillof. Por ahora hay tiempo.
Estas peleas intestinas que marcan la agenda bonaerense ponen en riesgo la posibilidad de afrontar y conformar una opción competitiva para lidiar con la Libertad Avanza el año que viene. En el espacio libertario también se cuecen habas. Hay que mirar con detenimiento los roces que ya existen entre el armador Sebastián Pareja, cercano a Karina Milei y la familia Menem, con los delegados de Santiago Caputo en el territorio.
En el peronismo parecen resignarse a una derrota digna como objetivo central. “Si Cristina es candidata, podemos hacer una elección digna, sino vamos a una atomización muy compleja”, asegura un intendente que ha decidido no asomar demasiado su rostro ahora, porque piensa en la renovación ineludible del 2027. Aunque no se diga abiertamente, una derrota, por más digna que sea, de Cristina Kirchner el año que viene obligará a reformular toda la estrategia para el próximo turno. Y allí, el peronismo estará en un dilema: o encara una discusión seria, o corre el riesgo de seguir los pasos del radicalismo cuando sacó el 3% a nivel nacional con la candidatura de Leopoldo Moreau. El conurbano sigue siendo su fuerte. Pero si algo le demostró Javier Milei a la política es que no hay bien o mal que dure 100 años.